Aborto es Sagrado
Al ministro Gallardón le ha extrañado que las mujeres de Femen que han desplegado su activismo en el Congreso actuasen al grito "aborto es sagrado". Lo ha calificado de "grito imposible". No hablaba de que no hubiese oído el grito con claridad, sino que (para él) era un grito 'contradictio in terminis'.
Al ministro Gallardón le ha extrañado que las mujeres de Femen que hoy han desplegado su activismo en el Congreso de los Diputados actuasen al grito "aborto es sagrado".
Lo ha calificado de "grito imposible" (de entender). No hablaba de que no hubiese oído el grito con claridad, sino que (para él) era un grito contradictio in terminis.
Esta es sin lugar a dudas, la manifestación más transparente que ha hecho el pensamiento del ministro de Justicia en materia de derechos sexuales y reproductivos.
Sagrado no es un término exclusivamente religioso (error conceptual de Gallardón en su desconcierto ante el lema de Femen). Hasta la Wikipedia podría recordarle al señor Gallardón que "esa noción se utiliza hoy en día de manera más general en otros contextos: una nación puede definir como sagrados los principios que la fundan; una sociedad puede definir como sagrados algunos de sus valores; etc".
Sagrados son aquellos valores esenciales para nosotros. Si en la mayoría de las religiones lo sagrado designa todo lo que atañe a lo más fundamental de su culto, para el no creyente, designa sobre todo a aquellos elementos que fundamentan sus valores.
No hace falta ser religioso, ni estar apegado a creencias místicas para vivir de manera honesta, ser sincero, tener dignidad o valerse del respeto en las relaciones interpersonales.
Sagrado es un "término que se utiliza en los grupos para describir los elementos que los constituyen". En esa medida, el feminismo también tiene cosas sagradas.
A saber:
1. Trascendental (y sagrado) ha sido para el movimiento de mujeres el voto femenino.
2. Trascendental (y sagrada) es la igualdad ante la ley.
3. Y trascendentales (y sagrados) son los derechos reproductivos.
Si para algunos la propiedad privada es cosa sagrada, para nosotras -las feministas- el respeto a la vida de las mujeres es cosa sagrada.
El aborto, como instrumento que se utiliza para no poner en riesgo la vida de una mujer, cuando opta por interrumpir un embarazo no deseado, puede calificarse de elemento que constituye y fundamenta su libertad. Eso explica que Femen haya reclamado como sagrado el derecho al aborto... no existe contradicción, señor Gallardón... Y por cierto: ¡yo lo suscribo!