¿Por qué se cuestiona a Edurne y no a De Gea?

¿Por qué se cuestiona a Edurne y no a De Gea?

¿Imaginan una rueda de reconocimiento policial en la que en lugar de situar en la pared al culpable de los hechos colocaran a su pareja? Pues eso mismo es lo que está haciendo la prensa española con Edurne, novia del futbolista De Gea, a la que no dejan de acosar, perseguir y humillar públicamente desde que saliera a la luz el escándalo sexual en el que el portero está implicado.

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¿Imaginan una rueda de reconocimiento policial en la que en lugar de situar en la pared al culpable de los hechos colocaran a su pareja? Pues eso mismo es lo que está haciendo la prensa española con Edurne, novia del futbolista De Gea, a la que no dejan de acosar, perseguir y humillar públicamente desde que saliera a la luz el escándalo sexual en el que el portero está implicado.

Comprueben ustedes mismos. Buscando "Edurne" en Google aparecen cientos de titulares humillantes en la última semana: "se rompe", "destrozada", "hundida"... Tecleando "De Gea" podemos encontrar, entre alguno que hace referencia al caso Torbe, otros tantos que hablan de su labor profesional, su capacidad de superación y sus vacaciones de verano.

Bastante indignante resulta ver cómo un deportista involucrado en un caso de violencia y abuso a mujeres es vitoreado y aplaudido por millones de personas en la Eurocopa, como para soportar que la prensa dirija sus dardos hacia a otra mujer, su pareja, a los que hay que sumar cientos de insultos en redes sociales que la llaman "cornuda de España".

¿Pero es que nos hemos vuelto todos locos? El sujeto de los hechos campa a sus anchas por los campos de fútbol de medio mundo celebrando veranos azules con barbacoas y bucólicos paseos mientras su novia tiene que recluirse en casa porque hay cinco coches con fotógrafos vigilando cada uno de sus movimientos. El sujeto de los hechos puede seguir trabajando sin dar la más mínima explicación, pero a su pareja se le exige que rompa el silencio, que dé la cara y que esté a su lado apoyándole "cuando más lo necesita". Que la prensa de este país y los millones de aficionados no cuestionen la integridad de este abanderado del deporte español y se esté haciendo escarnio público a su pareja denota un nivel de machismo merecedor de tarjeta roja directa y diez partidos de sanción.

El silencio que blinda al portero tanto en medios como por parte de la afición y de su propio entrenador pone los pelos de punta

Parece que De Gea, a quien el periódico El Mundo tiene el cuajo de representar con los brazos arriba en señal de victoria, cumple todas las expectativas del macho alfa: ser un campeón, ganar mucho dinero y tirarse a todas las tías que le plazca, porque puede pagarlas y además invitar a sus amigos. ¿Qué hay violencia por medio? No pasa nada, porque esto refuerza su virilidad. Además, como declara en su Twitter y El Mundo también publica (le debe parecer una actitud encomiable la de este portero) las críticas le "motivan a seguir luchando". ¡Bravo, cuánta lírica y cuánta grandeza! Me comentan que ya está llegando la estatua que han encargado los de redacción de El Mundo. Pero Edurne (porque Edurne es una mujer y a las mujeres no se les llama por el apellido sino por el nombre que es más coloquial) es una mala persona porque no ha hecho acto de presencia en el día de las familias de La Roja. ¿Perdona?, ¿de verdad estamos leyendo esto en el mismo periódico el mismo día? Me pregunto si el tratamiento sería el mismo si la involucrada en el escándalo fuese una mujer, si también se lincharía a su novio y se cuestionaría su decencia como pareja. Miento, no me lo pregunto, la respuesta la tengo clara.

El silencio que blinda al portero tanto en medios, como por parte de la afición y de su propio entrenador pone los pelos de punta: "De Gea entrena con la selección sin problemas", rotula el Marca junto con las declaraciones de Del Bosque (al que también se llama por su apellido porque es un hombre), que asegura que estar implicado en un caso de trata de personas es "una situación extraña que el deportista ha sabido asumir con normalidad" porque "ya es mayor, hace tiempo que pasó la pubertad". No sabemos hasta qué punto el deportista es culpable. Lo que sí es innegable es que ha financiado a un delincuente pagando por el consumo de mujeres, que en sí mismo ya es un hecho despreciable. Igual de despreciable que el linchamiento mediático al que se está sometiendo a la cantante.

Como mujer y como persona no puedo dejar de denunciar esta situación, que me parece injusta, y advertir a la prensa y a los lectores que el foco está totalmente equivocado y que todos esos titulares humillantes hacia ella vivirán para siempre en Internet, mientras De Gea, el verdadero implicado en los hechos, pasará a la historia como el campeón que logró salir victorioso de una simple "situación extraña".

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