De verdades y lindos cuentos
Decía George Orwell que la política era en sí misma una masa formada de mentiras, evasiones, locura, odio y esquizofrenia. En pequeñas dosis, un poco de todo ello se ha visto en España desde diciembre pasado, tal vez porque todavía exista quien piense que la gente prefiere que le mientan. Y va a ser que no. Alguien al menos empieza a hablar claro, guste más o menos lo que diga. Y se agradece.
Foto: EFE
"Si los hombres, una vez que han hallado la verdad, no volviesen a retorcerla, me daría por satisfecho". Johann W. Goethe
Desde el 26-J los líderes políticos de este país han apostado al imposible, a la media verdad contada, eso sí, mejor por unos que por otros. Cosas de los dichosos relatos, interpretados más en la versión Celtas Cortos ("Cuéntame un cuento/ y verás qué contento/ me voy a la cama/ y tengo lindos sueños") que en la de la RAE ("Conocimiento que se da, generalmente detallado, de un hecho").
El lindo sueño de Mariano Rajoy era la gran coalición con un PSOE que le decía alto y claro que no. Igual de lindo (e imposible) era el de Pedro Sánchez: un acuerdo con Ciudadanos y Podemos que al unísono le vociferaban que juntos... en ningún caso. La quimera de Albert Rivera era una impracticable cama redonda, con él, PP y PSOE. Y ya por último Pablo Iglesias, el único que realmente tuvo en su mano un Gobierno alternativo al de Rajoy y le negó su voto, se sumió al final una ensoñación calderoniana (un frenesí, una ilusión, una sombra, una ficción), que es la del Gobierno PSOE, Podemos, CIU, PNV, ERC... que unos no querían por el referéndum y otros lo querían justo por él.
Al final, todos lindos sueños. Relatos de verdades retorcidas. Imposibles todos.
"Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad". Arthur C. Doyle
En realidad, verdades construidas sobre imposibles; medias verdades, casi mentiras. Todos ofreciendo pactos a todos a sabiendas de que entre todos los tumbarían, unas veces unos y otras, otros. Y así enredados durante meses. Primero desde diciembre a junio (el único momento en el que sí que fue posible el Gobierno alternativo, pero lo frustró Iglesias creyendo que a la segunda oportunidad se comería al PSOE) y luego desde junio hasta ahora (cuando en realidad Podemos se indigestó por comerse a IU, el PSOE adelgazó 5 diputados para hacer historia y el PP se tragó otros 14 escaños más).
Y así hasta hace apenas un puñado de días, cuando entró templado en escena un tipo del norte, acostumbrado a hablar claro, nada sospechoso de ser un subordinado del PP. Javier Fernández abrió la boca para descartar lo imposible y dejar a la vista la verdad: el Gobierno alternativo al PP no sale más que en lindos sueños, y la única verdad es que o gobierna en minoría o habrá terceras elecciones, y después tal vez lo haga en mayoría, incluso absoluta.
Y por improbable que parezca, esa podría ser la verdad.
Ahora ya solo queda decidir... o seguir retorciéndola.