¿A qué rascacielos subo en Chicago?

Esta es la eterna pregunta que se hace todo aquel que visita esta ciudad: ¿subo a la Willis Tower (antiguas Torres Sears) o mejor voy a la torre Hancock?

Pues sinceramente, ya que has ido hasta Chicago, mi recomendación es que te subas a las dos, que cada una tiene lo suyo y además. Con un pequeño consejo que os voy a dar, os ahorraréis la entrada en una de ellas.

Imagen: página oficial de la torre

Subir a la Willis Tower es casi obligatorio. Esta torre, que durante años fue la más alta del mundo hasta la construcción de las Torres Petronas en Kuala Lumpur, tiene un atractivo fundamental que son sus "balcones colgantes", una especie de ventanales de cristal que cuelgan literalmente al vacío y a los cuales puedes acceder desde su planta 103 a 412 metros de altura. Sólo por la experiencia de sacarte una foto en uno de estos balcones, bien merece la pena pagar los 19$ que vale la entrada que te llevará hasta el skydeck, que es como se llama el mirador.

Mi recomendación es que subas a esta torre a primera hora de la mañana para tratar de evitar las colas que se forman.

Por otro lado, La Torre Hancock, es algo más baja que su compañera, ya que mide 241 metros. Aún así, su visita bien merece la pena, porque en mi opinión, las vistas que tendrás desde lo alto de este edificio son bastante mejores que desde la Torre Sears.

Imagen: Xabier Prada

Si quieres subir al mirador que se encuentra en la planta 94, deberás pagar 18$, un precio muy similar a la otra torre.

Nuestra recomendación, y aquí es donde viene lo bueno, es que te gastes ese dinero dos plantas más arriba, en el Signature Lounge, un bar que se encuentra en la planta 96 y desde el que tendrás las mejores vistas de Chicago mientras te tomas una cerveza tranquilamente sentado en una de sus mesas. Desde sus amplios ventanales tendrás unas fabulosas vistas panorámicas del lago Michigan y de toda la ciudad.

Importante: a la hora de bajarte del ascensor, verás que hay una persona de seguridad indicando a la gente que vaya al salón de la derecha o de la izquierda del bar en función de lo lleno que esté cada uno. Tu hazte el loco y, según salgas del ascensor, vete hacia la derecha, que es donde está el que tiene las mejores vistas, ya que el otro da a la parte de atrás de la ciudad.

Por último, te recomiendo que subas al atardecer. De esta forma podrás ver el skyline de Chicago tanto de día como de noche.