El efecto del empoderamiento de chicas jóvenes
La actividad de Girl Up que más me gustó fue el taller de contar historias. Aquí cada chica tuvo la oportunidad de compartir con las demás algunos momentos bajos y altos en su vida. Todas nos sentamos en un circulo y una por una comenzamos a aprender más sobre nuestras compañeras. Aprendimos por qué una actúa de cierta manera, por qué es difícil para nosotros expresar nuestras emociones y por qué somos las personas que somos.
Un blog de Rocío Ortega, consejera de los Estados Unidos
¡Ahhhh!
Así grite cuando me enteré de que iba a haber un segundo campamento de Mujeres en las Ciencias, WiSci STEAM Camp 2016. Aún más, iba ser en Lima, Perú. Algunas de mis amigas de Girl Up habían participado en el primer campamento de WiSci en Ruanda y ahora yo estaba ansiosa por participar.
Yo apliqué para ser consejera del campamento para niñas adolescentes de Perú, México, Chile y los Estados Unidos porque siempre quise ayudar a otras jóvenes alcanzar sus metas académicas y personales. Mi experiencia como hija de una madre que nació en México y con solo la educación secundaria, me motiva para hacer algo por las jóvenes del mundo, especialmente latinas.
La campaña de Girl Up de la Fundación de las Naciones Unidas siempre me ha dado esa oportunidad de ayudar a educar y empoderar a niñas para que sean líderes en sus comunidades.
Como consejera tuve el gran privilegio de conocer a chicas que quieren estudiar carreras de STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, las Artes y Matemáticas). Las clases de Google e Intel eran estupendas, pero es importante recordar que, al final del día, las participantes son jóvenes que quieren divertirse. Es por eso que mi parte favorita del campamento eran las actividades de Girl Up que, gracias a las consejeras, ayudaban a formar relaciones fuertes entre estas y las participantes.
Algunas de esas actividades eran talleres sobre autoestima, para aprender sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como la igualdad de género..., y claro, sobre cómo empezar un club de Girl Up.
Pero quizás la actividad de Girl Up que más me gustó fue el taller de contar historias. Aquí cada chica tuvo la oportunidad de compartir con las demás algunos momentos bajos y altos en su vida. Todas nos sentamos en un circulo y una por una comenzamos a aprender más sobre nuestras compañeras. Aprendimos por qué una actúa de cierta manera, por qué es difícil para nosotros expresar nuestras emociones y por qué somos las personas que somos. Aunque no voy a compartir en detalle las vidas personales de las participantes, es cierto que estas chicas tienen experiencias que reflejan los retos y la dulzura de ser una chica joven.
Uno puede preguntar: ¿qué experiencias tiene una chica de 15 o 16 años? La respuesta: mucho más de lo que te puedes imaginar. La verdad es que niñas adolescentes tienen experiencias diferentes a las de ser una mujer o una niña, como decimos en Girl Up. La adolescencia es una etapa importante en la vida de jóvenes, porque es aquí cuando aprendemos qué es la amistad, el amor, el empoderamiento, y es cuando comenzamos a tener una idea de qué persona queremos ser en el mundo. Es por eso que la campaña de Girl Up es tan importante, porque se fija en una población de niñas que anteriormente no eran reconocidas.
Yo creo que es importante que las chicas reciban una educación para que sean las próximas ingenieras, profesoras de matemáticas, etc. Pero algo que no se enseña tanto en las clases son las herramientas necesarias para que se sientan cómodas consigo mismas, que estén seguras en sus habilidades y, sobre todo, que se sientan empoderadas para vencer cualquier reto porque la vida está llena de ellos.
Estoy agradecida por las actividades de Girl Up, por los mentores y por las consejeras, porque hicimos una pausa en nuestras vidas cotidianas para ayudar a la próxima generación de chicas adolescentes ser quienes quieran ser en la vida. Hemos plantado una semilla en las vidas de chicas que están motivadas a estudiar y que ahora buscan recursos para alcanzar sus metas. Yo soy feliz de ser uno de esos recursos.
Desde que regresé del Campamento WiSci STEAM 2016 en Perú, no hay un día en que no reciba un correo electrónico, un mensaje de WhatsApp o un mensaje de Facebook de una chica que quiere ayuda para empezar un club de Girl Up porque quieren ayudar enseñar lo que aprendieron en el campamento y porque quieren ayudar a educar a otras chicas.
Esto es el efecto del empoderamiento. Se planta una semilla en las vidas de las chicas, ellas crecen como individuos y ayudan plantar más semillas en otras chicas.
Biografía
Rocío Ortega tiene 22 años y es primera generación mexicana-americana. Recientemente se gradúo de Wellesley College en Massachusetts, donde estudio Ciencias Políticas y Estudios Latinoamericanos. Ha sido parte de Girl Up desde 2011 como consejera juvenil, fundadora de clubs en su colegio y universidad y recientemente tuvo una practica con Girl Up en Washington, D.C. Rocío ahora es la líder regional de Latinoamérica y ayuda a poner en marcha clubs en la área. Sus metas son trabajar con el Gobierno de California para ayudar a aprobar leyes que beneficien a comunidades de bajos ingresos e inmigrantes.