"Yo iba con camisa y corbata y me estaba metiendo 35 gramos de cocaína a la semana"

"Yo iba con camisa y corbata y me estaba metiendo 35 gramos de cocaína a la semana"

Luis Pérez, CEO de un centro de adicciones y exadicto recuperado, se abre en canal para contar lo que aprendió de su paso por los centros de desintoxicación, desvela cómo saber si una persona es adicta y explica el funcionamiento del Centro Zeus.

Luis Pérez, CEO del Centro Zeus.Oriol Clavera

"Yo iba con camisa y corbata y me estaba metiendo 35 gramos de cocaína a la semana". Luis Pérez, CEO del Centro Zeus y exadicto recuperado, acaba de estrenar su canal de TikTok (@luisperez.adicciones), donde cuenta, con todo lujo de detalles, su ya superada drogadicción. 

En la actualidad, dirige un complejo médico formado por tres clínicas de ingreso. Dos de ellas están disponibles a todo el mundo y pueden encontrarse en la página web. La tercera, en cambio, está enfocada a gente que necesita guardar el anonimato.

Durante años, la cocaína ha sido el centro de su vida. Debido a todo el sufrimiento que esto le causó, ahora se dedica a ayudar a personas en situaciones similares, algo que para él tiene "un valor incalculable".

Un pasado truncado y un presente con futuro

"Mi primera edad de consumo fueron los 14 años, que es cuando empecé a tontear con el alcohol y los porros. Hay una línea invisible entre el que desarrolla la adicción, el que tiene un abuso y el que tiene un uso. Uno no sabe que está cruzando la línea", explica.

Antes de que su vida entera diese un vuelco a consecuencia del abuso que hacía de las drogas, tenía una empresa de trabajos en altura, pero, una vez recuperado, se dio cuenta de que su vocación era otra. 

"Después de haber pasado por mi drogadicción, superarla y haber tenido que rendirme a todo lo que suponía vencer esta enfermedad, pensé que los conocimientos que tenía para liderar una institución eran válidos, y, sumado a la experiencia vivida, podía aportar mucho más valor a la sociedad que si únicamente me quedaba liderando la organización anterior", señala.

Luis Pérez, CEO del Centro Zeus.Oriol Clavera

A la pregunta de cómo consiguió recuperarse, responde: "Hay una palabra que utilizo mucho: rendirse. Hay tres tipos de pacientes: el que no sabe que tiene un problema, y este lo tiene complicado; el que sabe que tiene un problema, pero quiere superarlo a su manera, y este también lo tiene complicado; y el que se rinde, el que está harto de estar harto y cansado de estar cansado, el que baja los brazos, pregunta qué hay que hacer y lo hace".

Este tercer perfil "es el que se puede recuperar". La clave fue dejar su vida en manos de profesionales y que ellos la pudieran dirigirla por él: "Llegué a la clara conclusión de que no estaba capacitado para llevar mi vida en esos momentos. Ese punto de rendición y confianza en el que por aquel entonces era mi terapeuta, es lo que hizo que mi vida haya llegado a hoy".

Centro Zeus

El dirigente conoce "multitud de centros y todos los tratamientos del panorama sanitario español" debido a que estuvo en "muchísimas clínicas de desintoxicación", la mayoría de las veces "sin éxito". Sin embargo, esto le ayudó a "poder comparar". Y es que, aunque "hay muchas herramientas que son válidas, no siempre son para todos".

Centro Zeus es un complejo formado por tres clínicas bien separadas: "Hay una de ingreso para adultos, otra para jóvenes y otra para personas mediáticas, altos ejecutivos y perfiles que necesitan un tratamiento muy adaptado debido a su condición médica, laboral o familiar. Estos últimos necesitan un lugar en el que solo haya un paciente a la vez".

Esta división se llevó a cabo porque "tener a un señor de 50 años, con familia, trabajo y que económicamente se vale por sí mismo, al lado de una persona de 20 años, que ni estudia ni trabaja y que sufre trastornos de conducta", no tiene sentido. Cada adicto necesita un "tratamiento" adaptado en función de su condición particular, por lo que los lugares para recuperarse también deben ser distintos en los tres casos. "Tampoco se les puede hablar y tratar igual", asegura.

No hay nadie que siga el mismo método de recuperación, porque cada adicción es única: "Toda persona tiene un tratamiento absolutamente personalizado. Algunos necesitan una desintoxicación rápida porque tienen situaciones que no les permiten estar más tiempo. Otros pueden hacer toda la fase de deshabituación y entrar en un proceso introspectivo para profundizar en las causas de la dependencia".

Centro Zeus.Centro Zeus.

Hablando acerca de las recaídas, Pérez admite que entró en multitud de centros de desintoxicación hasta que consiguió curarse, y esto es lo que aprendió: "Si el tratamiento se hace bien y es el adecuado, una recaída no es habitual. Lo que ocurre es que hay mucha información en todas partes y a veces la persona y su familia no saben qué escoger. Por eso, yo me presento como un mapa de ruta. No es solo tener el equipo y un complejo clínico. A mí me llegan personas, que están en centros, diciéndome que no saben si el paso siguiente que les proponen es el adecuado".

La metodología que sigue desde hace cuatro años es una que conoció en Estados Unidos: "Antes, cuando un paciente estaba en tratamiento, había que esperar a que tocara fondo. Ahora no hace falta porque hacemos un trabajo meticulosamente preparado, tanto con la persona como con la familia, en el que le generamos un shock emocional para que conecte con ese dolor que siente, que es el que hace que se drogue, y con las consecuencias que eso tiene en su entorno. Este sistema hace que el paciente se rompa, literalmente, y acepte el tratamiento".

Ha conseguido que, muchos que no querían hacer un tratamiento, lo quieran llevar a cabo: "Me he desplazado al domicilio de ese paciente, he hecho que se rompa y que acepte el tratamiento antes de que la situación sea todavía más insostenible". De hecho, "hay personas que vienen por su propia voluntad" y que no tienen el nivel de conciencia que la gente que ha hecho este trabajo previo con la familia.

¿Cómo sé si soy adicto?

Cuando alguien detecta el abuso de una sustancia, "debe pedir ayuda y que un especialista pueda determinar si es un uso, un abuso o una adicción y pararlo a tiempo", señala el que ahora es terapeuta. "Si tiene una adicción, le ponemos en tratamiento. Si es un abuso o un uso, se le hace un acompañamiento para que lo deje, porque no necesita un procedimiento tan fuerte, largo o entremetido, y al final lo deja", sostiene.

Para saber si un paciente es adicto, se analiza "la capacidad que tiene para hacer eso que dice que hará, es decir, la incoherencia entre lo que uno decide y uno hace determina si es adicto o no". Y así lo ejemplifica: "Si dice que no va a volver a consumir, pero lo vuelve a hacer, esa persona tiene un problema. Si lo deja, no tenía ningún problema, por lo que el abordaje es distinto".

Asimismo, el experto asegura que "hay una predisposición genética", y es que "la mayoría de los adictos tienen un tercio menos de los receptores dopamínicos que alguien que no lo es". También "influyen los neurotransmisores, ya que la carencia o la baja segregación de ciertos aminoácidos hace que el cerebro siga segregando dopamina". Esta "no es reabsorbida" por el cuerpo y la persona se vuelve "insaciable".

Y los factores psicológicos: "A veces, a través de una conducta adictiva, el paciente intenta expresar aquello a lo que no puede ponerle palabras. Hay traumas reprimidos que los adictos expresan consumiendo drogas". En el momento en que "empiezan a ponerle palabras" a ese sufrimiento, "se reduce el apetito de consumo, sobre todo en aquellos que llegan a los estados de autodestrucción más altos", como en su caso.

Además, hay que tener en cuenta el entorno social: "No es lo mismo crecer en un grupo de amigos en el que se tiene la sustancia a mano, porque todos fuman, beber y se drogan, que estar en uno donde la droga no es la protagonista". Concretamente en el caso del alcohol, está legalizada y "es difícil que uno no se la encuentre", pero, aún así, "las personas que uno tiene al lado, en un momento dado, pueden influir", tanto para bien como para mal.

Para terminar, trata la posibilidad de control: "Desde mi experiencia, no deberían volver a consumir. Yo no conozco a ninguno que haya logrado tener el control sobre esa sustancia. No he visto nunca a un drogadicto a la cocaína que haya sido capaz de consumir alcohol, no volver a drogarse y mantenerlo en el tiempo".

Aunque hay personas que, "contra toda indicación", lo han conseguido "uno o dos años, al final han vuelto a recaer". En cuanto a la familia, recomienda que, "si tienen una duda", lo ideal es "ponerse en contacto con un especialista" y buscar siempre asesoramiento: "No pasa nada por estudiar un caso".

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Fotógrafa y periodista. Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Técnica Superior en Imagen e Iluminación. En la actualidad es redactora de El HuffPost, antes en el departamento de redes sociales de Cadena Ser. Contacto: cristina.valdivielso@huffpost.es