Todos hablan de Conchi y sus natillas: ¿Quién es la popular cocinera de la Universidad de Almería?
Los menús de la cuenta del comedor de la Universidad de Almería llevan días habiendo la boca agua de todo X.
Ni Alberto Chicote, Jordi Cruz o Dabiz Muñoz han logrado una repercusión mediática similar a la que ha conseguido Conchi en la última semana y media. No hay mañana de las últimas dos semanas en el que uno de los temas del día en X no sean las natillas, canelones o pollo empanado de esta supuesta cocinera responsable del comedor de la Universidad de Almería (UAL).
Detrás de estas 'tillas', como ya se ha bautizado a sus natillas, están las cocineras Magdalena Pérez, Carmen Piedra y Bea García, aunque el responsable y coordinador del comedor es José Soria y la creadora de la receta sea su madre, Lola Triviño.
Soria, de 44 años, es el que en 2011 decidió abrir la cuenta de Twitter @comedorual para informar a los estudiantes diariamente del menú, que tiene un precio de 6 euros. Lo hace siempre con el mismo formato: fecha, oferta de los dos primeros plato, de los dos segundos plato y el postre. Por ejemplo, este es el que ha publicado este miércoles: "Menú 08/05/24. Primero: Canelones- Sopa de picadillo/ Segundo: Pollo al horno- Calamares. **Tillas**".
Nunca había tenido especial repercusión hasta este curso, cuando algunos estudiantes comenzaron a interactuar de forma puntual. Sin embargo, el pasado 30 de abril, después de hacer un menú compuesto por patatas en ajopollo, arroz a la cubana, pollo a la plancha, croquetas y natillas, todo estalló.
Ese día varias cuentas con miles de seguidores bromearon acerca de estos platos, sencillos pero que hacen la boca agua a todo el mundo. El tuit tuvo 1,6 millones de notificaciones y reacciones como estas: "Conchi saliendo de la cocina después de hacer uno de los mejores menús de la historia". Los memes cayeron en cascada.
"Cuando el primer día miraba los comentarios y los leía me hacían mucha gracia, pero cuando vi que las visualizaciones iban creciendo desde 200.000, 500.000 y hasta más de un millón al final te asustas un poco. Te parece extraño. Es un menú simple que no tiene donde rascar, la gracia es el submundo que se han creado ellos", asegura Soria, que lleva en el negocio desde 2001, aunque lo cogió él cuando su madre y otra socia se jubilaron en 2016.
"El cachondeo es total"
Para Soria, para los nueve trabajadores del comedor y para toda la universidad es imposible evitar no hacer bromas y chistes. Es el tema de conversación del momento y algo de lo que todo el mundo habla y comenta.
"El cachondeo entre nosotros es total. Me bromean con que les tengo que subir el sueldo, que esto de hablar con los medios y ser famosos no lo firmaron en el contrato, etc", afirma, antes de reconocer que sí que les gusta.
"Es una novedad a la hora de hacer el trabajo, crea buen ambiente entre nosotros y para romper la monotonía diaria es algo curioso", añade Soria, que se ríe cuando le preguntan si ya le llaman Conchi en casa. "No, de momento no, pero sí que me han pedido que lleve 'tillas'", bromea.
Mientras preparan los más de 400 menús diarios que se reparten, va ojeando los comentarios que le dejan y toma nota de cuáles son los productos más queridos: sin duda alguna, las natillas o 'tillas' y los canelones o 'lones'. "Ya entre nosotros las llamamos 'tillas'. Hacen el menú y usan la última sílaba para nombrar el plato, esa es la gracia", explica, confesando que la receta es de su madre y es todo un éxito.
"Una chica el otro día cogió natillas, se las llevó para hacer la cola para cuando fuera su turno asegurándose que tenía. Este martes también me escribió un correo otra chica para preguntarme que si el jueves podía hacer natillas porque iba a venir con unas amigas a celebrar un cumpleaños y quería poner las velas en las natillas", revela. Para desgracia de esta estudiante no las ha hecho, ya que el menú lo cierra la semana anterior y el día fijado para este postre son los miércoles.
Preguntado por cuál es el secreto, él tiene más que clara la receta: a las natillas que preparaba su madre le sigue sumando mucho cariño y dedicación. Y el resultado es que no puede ser mejor porque al éxito entre los alumnos ahora le ha sumado un viralidad impropia de un comedor.