Gloria Serra: "Me he convertido en una especie de icono. Pero ese es el personaje, no soy yo"

Gloria Serra: "Me he convertido en una especie de icono. Pero ese es el personaje, no soy yo"

Entrevista a la periodista de Atresmedia que celebra 500 programas al frente de 'Equipo de investigación'.

Gloria Serra

"¡Álvaro! Estoy en el coche, no sé cómo me oyes tú", dice Gloria Serra al otro lado del teléfono con su inconfundible voz mientras conduce hacia "un imprevisto". Quizá sea esta naturalidad lo que ha convertido a la presentadora de Equipo de investigación en uno de los rostros más queridos y respetados de la televisión actual. Sobre todo desde que paró a una vaca como si fuese una jedi usando la Fuerza. 

En sus propias palabras, que Equipo de investigación lleve ya 500 programas y 14 años en antena es "un milagro insólito" ya que "es un formato que no da para esta longitud". Revisar los episodios de este programa que emite los viernes laSexta es como entrar en una especie de Wikipedia del crimen porque se puede ver perfectamente cómo ha ido evolucionando España en función de los temas que tratan. 

Han hablado de la crisis económica de la primera década de siglo, de todo tipo de estafas, de Alcàsser, de aguacates, de cruasanes, de Amadeo Llados, de Desokupa... y lo que queda. 

- Mirando en Atresplayer en la sección Equipo de Investigación de se puede radiografiar lo que es España a lo largo de los años mirando los temas que tratáis.

Qué acierto lo que acabas de decir. Arrancamos sin nombre, en Antena 3, con dos especiales informativos. Uno sobre el Caso Malaya y otro sobre niños robados del Franquismo.

Esos dos programas de arranque definen muy bien lo que acabas de decir. Los dos explican dos cosas muy importantes de la historia de este país más reciente. Y así ha seguido siendo. Arrancamos en mitad la crisis económica. El primer año dimos la vuelta a España con la corrupción, fue terrorífico. De grandes instituciones a pequeños ayuntamientos. Era un retrato muy fidedigno de lo que había ocurrido en este país en los últimos años.

La incorporación de temas de consumo, que al principio no teníamos porque creíamos que no tendrían tanto impacto como grandes tramas de estafas o crímenes, luego ha resultado que tenía una demanda increíble.

- De consumo recuerdo el de los cruasanes y el de los aguacates. Dos obras cumbre de Equipo de investigación.

El de los cruasanes es muy querido porque fue el primer momento en que vimos que habíamos enganchado, que habíamos creado nuestro estilo. Al menos tenía el gancho de que parecía que había una estafa ahí, que al final no era, era un dumping que luego fracasó. El caso de los aguacates o del aceite de palma decía son temas muy técnicos, muy de consumo puro y duro, no sé si a la gente le puede interesar una hora. Han sido de los más seguidos y de los que más éxito han tenido. Eso indica que el país y el espectador ha ido cambiando con nosotros.

- ¿Es España un país de pícaros?

España ha sido un país de pícaros porque ha sido un país pobre. El lazarillo de Tormes era como era porque se moría de hambre. Esa subcultura del timo y la estafa que ha habido siempre tiene mucho que ver con los países que tienen problemas económicos graves. ¿Qué ha quedado de eso? Ha quedado un país en la media de la normalidad. Sí que es verdad, y eso lo acacho al mal funcionamiento de la Justicia, que cuesta mucho llevar a un delincuente ante la Justicia, cuesta mucho tiempo que lo condenen. Eso genera impunidad y eso sí es algo más nuestro que lo anterior, que es más cosa del pasado. Cuesta mucho llevar a esa gente ante la Justicia y pueden vivir mucho tiempo viviendo de sus estafas.

- ¿Queda algo de aquello que se llamó España Negra?

Sigo mucho la actualidad internacional y hay muchísimos más casos más terroríficos, mucho más truculentos y más dramáticos en Francia que en España. Y el caso reciente de esta pobre mujer violada por su marido y vendida por su marido es un ejemplo. Hay unos casos que son terribles que si hubiera en España estaríamos muy agobiados. Hay cosas más truculentas en otros países de nuestro entorno más inmediato. España es un país muy seguro en general y por eso los pocos crímenes que hay son muy llamativos.

- Está de moda el true crime pero vosotros lleváis muchos años haciendo true crime sin que se llamase así. 

Se llamaban sencillamente asesinatos. Arrancamos mucho, que es un tema que nos ha gustado siempre, con crímenes sin resolver porque este es un tema muy querido por el equipo. Nos lo tomamos como algo muy personal. Hemos tenido querencia por los crímenes insólitos porque nos cuentan cosas raras de nosotros, raras y afortunadamente exóticas porque no son habituales pero sobre todo los que están por resolver y hemos tenido muy a gala escuchar a las familias, tomar ese relato y conseguir reabrir algunos casos, con más éxito que otro, como el caso de la huida de Antonio Anglés, el principal inculpado por el asesinato de las niñas de Alcàsser y otros con menos como el de Debora, que lo tenemos ahí como una espinita.

- Hablando de casos de este tipo está el de Daniel Sancho. Te he escuchado decir que no tenías claro que desde Equipo de Investigación pudieseis aportar algo nuevo a este circo mediático.

Lo que encontramos es algo que nadie había contado. Dije llevamos todo el verano, todos los equipos de la casa, nuestra, nosotros, los vecinos, 60.000 medios internacionales, digo, ¿qué vamos a ir a contar? Y además con poco tiempo porque lo decidimos a finales de verano y estrenábamos en tres semanas. Era muy poco tiempo, en un entorno hostil porque es un país extranjero donde la lengua no es el inglés y dices qué vamos a aportar. Mis compañeros me sorprendieron porque no solo le dimos un nuevo enfoque sino que conseguimos tres cosas: algo que nadie había hecho que es hablar con el entorno del fallecido; entrevistamos a quien le había dado la moto a Daniel Sancho y mostramos que mucho antes de lo que él decía ya lo estaban investigando y hablamos además con unos barrenderos que nadie había hablado con ellos que le vieron pasar presuntamente llevando los restos a la canoa para tirarlos al mar. A mí me parece, no tengo palabras, sólo por eso nos tendrían que dar el Pulitzer.

- ¿Habéis pasado miedo en algún reportaje? Tanto en el terreno como con las consecuencias como en caso de la denuncia de Desokupa.

Las son de este perfil que decías la verdad es que son las que dan menos miedo porque todo el mundo es libre de criticar, decir y si la casa ha considerado que era motivo para presentar una demanda el departamento jurídico sabrá lo que tiene que hacer, nosotros estamos a lo que estamos. Ese no es ni mucho menos el más complicado que hemos tenido. Las peores amenazas son sobre el terreno sobre todo cuando hay factores imprevisibles. Vivimos una cosa insólita con un narcotraficante drogado que es raro porque los narcotraficante son muy listos y no se drogan. Era un caso de los nuevos narcotraficantes y a raíz de la crisis o porque es más fácil o lo que sea. La agresión se la llevaron un cámara y un reportero. No hemos tenido muchos casos de agresiones reales, que nos rompan los cristales de un coche, que nos pinchen las ruedas, son intimidaciones más que amenazas para dejar de hacer tu trabajo. Nada que no hayan recibido muchísimos compañeros como nosotros.

- ¿Cuál es el peor lugar para encontrar fuentes? Gobiernos, grandes empresas, Casa Real...

Las grandes corporaciones, sobre todo las internacionales. En muchos casos porque practican una política de coerción legal, es decir, hacen firmar unos draconianos a sus trabajadores para no hablar y las consecuencias son terroríficas. Mucha gente tiene mucho miedo por si acaso, miedo al poderoso. Esos son los más difíciles y frustrantes para nosotros porque a veces te cuentan cosas, no quieren contarlas a cámara. Nuestros programas están revisados por el departamento jurídico de la casa para no perder credibilidad. Si en 500 programas no hemos tenido problemas algo haremos bien. Es muy frustrante cuando sabes que hay una historia y no la puedes contar. No tiramos la toalla, esos programas están en barbechito y nunca sabes cuándo pueden salir.

- ¿De qué tema te gustaría poder indagar y tener acceso a todo lo que hay escondido sobre él?

Tengo una lista enorme. Un tema que lo tengo muy enfilado son las grandes empresas de redes sociales que se lucran, nos meten en líos con los algoritmos para ganar dinero con niños y adolescentes y de las que no sabemos nada. Luego me gustaría conocer toda la historia económica del rey emérito, no la de su vida privada, que no nos compete. En cuántos negocios se implicó, en cuántos se implicó al Estado.

- ¿Cómo has llevado también pasar a formar parte del imaginario colectivo? El meme parando a una vaca en una grabación es historia de España.

Fue por pura desesperación de un rodaje que fue horrible. El haberme convertido en eso, primero, es mérito del equipo. Este es un programa muy querido, no sólo muy seguido, muy querido. La gente que lo sigue lo respeta muchísmo. Nos tiene en un pedestal de credibilidad que nos hemos ganado. Gracias a eso yo me he convertido, por la forma de narrar, que ha sido una forma de buscar entretener al mismo tiempo que informar, en una especie de icono. Pero ese es el personaje, no soy yo. Yo no voy por la vida parando vacas. Pocos presentadores del ámbito informativo han conseguido ese estatus. Pienso en Matías Prats, ese sí que está en un pedestal y altísimo. La forma suya de hablar o de contar un chiste en mitad de un informativo y que no pierda credibilidad. No estoy en ese nivel pero sí que he conseguido ese punto icónico.

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Álvaro Palazón es redactor de virales, televisión y de deporte en 'ElHuffPost' y trabaja desde Madrid. Es Licenciado por la Universidad Miguel Hernández de Elche. Puedes contactar con él en alvaro.palazon@huffpost.es