Una española queda desolada en su luna de miel al ver el efecto del fentanilo en las calles de San Francisco
"Sabía que había un problema pero..."
El consumo de fentanilo se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza par alas autoridades. Los lugares donde hay mayor desigualdad social y económica son aquellos en los que las diferencias socioeconómicas son mayores, y la pobreza se percibe en cada rincón de la calle.
Uno de estos ejemplos lo ejemplifica una de las ciudades más conocidas del mundo: San Francisco. La ciudad californiana ha experimentado un auge en el consumo de drogas por parte de su población, algo que no ha pasado inadvertido para nadie, incluida la tiktoker @honolalab, quien ha compartido su experiencia en la ciudad de la bahía.
Esta joven relata cómo fue estar en San Francisco y la impresión que le produjo ver a tanta gente viviendo en condiciones verdaderamente malas. "Sabía que en Estados Unidos había un grave problema con el fentanilo pero cuando llegué a San Francisco y lo vi en persona no me lo podía creer", afirma.
"Caminando por algunas calles del centro, lo único que se veía eran cientos de personas drogándose a plena luz del día y muchos de ellos viviendo en tiendas de campaña", asegura ella, evidenciando el grave problema que se ha acentuado en algunas zonas del país norteamericano, en el que la indigencia y las personas sin hogar (homeless) inundan algunas de las calles de ciudades tan importantes como San Francisco.
Por otro lado, la chica informa de la potencia de esta droga, que puede llegar a ser "50 veces más fuerte que la heroína y cien veces más fuerte que la morfina", por lo que los devastadores efectos de este opiáceo son más que evidentes.
En último lugar, explica un detalle llamativo que ha apreciado en muchas de las calles de la ciudad: las altas verjas en las entradas de las casas. "Esta será una de las causas por las que hay tantísimas verjas en casi todas las viviendas, tanto en barrios burgueses como más normales. Me ha parecido una ciudad muy peligrosa", concluyó.