El juez Joaquim Bosch recibe un aluvión de 'me gusta' tras lo que ha dicho sobre Israel
Extenso, pero categórico.
El popular juez Joaquim Bosch está recibiendo un aluvión de 'me gusta' tras publicar unos de los mensajes más difundidos en España en las últimas horas sobre Israel.
Bosch empieza explicando que estuvo hace años en ese país "por interés en la cultura hebrea y la tragedia del Holocausto". Así, señala que entró en territorios palestinos y observó que sus habitantes sufrían "graves violaciones de los derechos humanos".
"Las brutalidades de estos días forman parte de ese contexto", advierte antes de matizar de que rechaza absolutamente a quienes" apoyan o justifican las muertes de civiles o cualquier otra vulneración de los derechos de personas inocentes, de un lado o de otro".
"Desde el primer plan de partición de 1947, a partir del proceso de descolonización del antiguo Mandato británico sobre Palestina, la ONU siempre ha defendido la coexistencia en el territorio de un Estado de Israel y de un Estado árabe", analiza el juez, quien apunta que "las resoluciones de derecho internacional son claras".
"La ONU estipula que 'dos Estados, Israel y Palestina, vivan uno junto al otro dentro de fronteras seguras y reconocidas'. Es la solución que permitiría el fin de las privaciones de derechos que sufren los palestinos", señala Bosch.
El juez dice que, sin embargo, Israel "nunca lo ha querido cumplir" y que, al contrario, "desde la creación del Estado de Israel en 1948, su expansión ha sido constante, hasta llegar a la ocupación de Gaza y Cisjordania en 1967, que fue declarada contraria al derecho internacional".
El juez es categórico en este punto y dice que "la paradoja resulta inadmisible": "Israel no acepta un Estado palestino. Pero tampoco admite que los palestinos sean ciudadanos del Estado que gestiona Israel. No pueden circular libremente por el país, no pueden votar o decidir sobre los asuntos que les afectan a nivel general".
Así pues, explica que "los palestinos se encuentran confinados, con pocas excepciones, en zonas concretas, de las que no pueden salir" y que "en las últimas décadas, cientos de miles de palestinos han sido desplazados de sus hogares, según la ONU, con correlativas apropiaciones de sus propiedades".
Bosch subraya que la densidad extrema de población y "el cerco israelí generan unas condiciones infrahumanas de vida": "Este establecimiento de guettos, con notables limitaciones de los derechos y enormes discriminaciones, llevó a que el Relator Especial de la ONU calificara como de “apartheid” la situación en la que viven los palestino".
El juez deja claro que "la brutalidad del ataque de Hamás debe ser rechazada categóricamente", pero señala que "las recientes manifestaciones del ministro israelí de Defensa explican la situación": "Si se trata a los palestinos como animales, no resulta extraño que haya respuestas equivalentes".
Ahora, cree que lo más urgente debería ser "el cese de las acciones armadas por ambos lado", pero advierte de que "la solución pasa por el cumplimiento de las resoluciones de la ONU, por la aplicación del derecho internacional y por el respeto a la creación del Estado palestino".
Y responde de forma preventiva a quienes llaman "buenistas" a quienes defienden esas tesis: "No me impresiona. Al contrario, creo que hay que ser radicalmente buenista en la defensa de los derechos de las personas. Además, aquí estas posiciones también son pragmáticas, utilitarias o posibilistas".
Y asevera que "La única solución realista (aunque sea muy difícil) es exigir a la comunidad internacional el cumplimiento de las resoluciones de la ONU y el respeto a los derechos humanos": "Lo debemos hacer cada uno en nuestro propio país. Aquí toca reclamarlo a nuestro gobierno".
Y acaba resaltando algo clave: "El sionismo radical niega el derecho a la existencia de un Estado palestino, igual que el islamismo radical niega el derecho a la existencia del Estado israelí. Pero en Israel y Palestina también hay voces que apuestan por la existencia de dos estados. Hay que apoyarlas".