La 'táctica del felpudo': la Policía Nacional recomienda hacer esto los fines de semana de verano
Muy útil para las próximas semanas.
La Policía Nacional ha lanzado una serie de recomendaciones a través de sus redes sociales para que los ciudadanos pongan en práctica cuando no estén en su casa este verano. Todo ello con el objetivo de 'engañar' a los ladrones y hacerles pensar que hay gente en el piso.
"¿Planeando una escapada para el fin de semana?", pregunta el Cuerpo en un mensaje en el que pide que se tengan en cuenta dos sencillos consejos para que la casa "no parezca deshabitada".
Uno de ellos es un clásico: intentar que el buzón no esté lleno, porque es una de las pistas más claras para los delincuentes. Si nadie lo vacía, deducen que en ese piso no hay nadie, lo que para ellos es una autovía para el robo.
El otro consejo es algo más novedoso: pedir a algún vecino que mueva tu felpudo. De esta forma, los 'cacos' creerán que hay movimiento de entrada y salida a la casa, deducirán que hay gente y no llevarán adelante sus planes.
En otras ocasiones la Policía ya ha avisado de que los ladrones están siempre atentos a lo que se mueve por las casas, buscando signos que indiquen que el domicilio está vacío para poder entrar a robar sin sobresaltos.
Para eso, utilizan diferentes técnicas: desde la simple observación para ver si las persianas se mueven o no hasta técnicas un poco más complejas.
El Cuerpo ha avisado a los ciudadanos de que, si al entrar en casa, ven en la puerta cualquier tipo de goma, plástico o (ojo a esto) papel, no entren en su domicilio, acudan a un lugar seguro y llamen al 091.
¿La razón? Los ‘cacos’ pueden andar cerca, ya que han colocado esos testigos para ver si se caen. Si lo hacen, quiere decir que la puerta se ha abierto y por eso precisamente se han caído, por lo que hay gente en casa. Si pasan los días y todo sigue igual, ellos saben que allí no hay nadie.
La Policía ha avisado también de otra técnica utilizada para comprobar si los dueños de la casa están allí: manchan la mirilla con una especie de grasa y, si pasan los días y nadie lo limpia, deducen que tienen campo abierto para robar.