El gran "calentamiento súbito estratosférico" está a punto de romper el vórtice: así puede afectarte
Puede que no te suene el nombre de ninguno de estos dos fenómenos, pero los notarás más pronto de lo que crees.
Distintos expertos en meteorología han venido advirtiendo de que todas las cartas estaban sobre la mesa para que a finales de este invierno tuviesen lugar dos fenómenos meteorológicos que trastocarían el tiempo en gran medida. El calentamiento súbito estratosférico ya está a punto de decantar la rotura del vórtice polar.
En este sentido, el pronóstico es radical. Es decir, las consecuencias de este fenómeno que viene augurándose desde el comienzo de la temporada invernal y los grandes corredores de borrascas podría quedar en nada. Sí, pero también podría traducirse en una ola de lluvias y precipitaciones con el que se daría la bienvenida a la primavera.
Así, la clave radica en cómo esos calentamientos pueden alterar la circulación general atmosférica y las corrientes de chorro hasta tal punto que acaben por traer un nuevo aluvión en forma de agua.
¿En qué consisten ambos fenómenos?
Lo primero que hay que tener claro es de qué estamos hablando cuando nos referimos a este fenómeno. El calentamiento súbito estratosférico es un aumento repentino de la temperatura, de más de 25°C en menos de una semana, del invierno boreal, (hasta más de 80°C en algunos casos). Este calentamiento no nos afecta directamente, pero sí los sucesos en cadena que provoca.
El vórtice se trata de un ciclón persistente a gran escala situado cerca de las zonas polares terrestre (ártica y antártica), que se localiza mayormente en la zona media y alta de la troposfera y de la estratosfera. Este ciclón envuelve las altas presiones polares dando lugar al llamado frente polar.
La ruptura del vórtice polar es un fenómeno extremo también conocido como calentamiento súbito de la estratosfera. En líneas generales, el vórtice se rompe completamente y puede producirse un calentamiento asociado de 30-50 °C durante unos días.
El aumento y disminución del vórtice polar está impulsado por el movimiento de masas y la transferencia de calor en la región polar. En otoño, los vientos circumpolar aumentan su velocidad y el vórtice polar sube a la estratosfera. La consecuencia es que el aire polar acaba conformando una masa de aire giratoria y coherente. Lo que conocemos como el propio vórtice polar.
A medida que se aproxima la estación invernal, el núcleo del vórtice se enfría, los vientos caen y la energía del vórtice se reduce. Así, al acercarse el final del invierno y el inicio de la primavera, el vórtice se halla en su punto de mayor debilidad. El desenlace que se produce durante el final del invierno, se corresponde con grandes fragmentos del aire del vórtice que pueden ser desviados hacia latitudes más bajas por sistemas meteorológicos más fuertes que se introducen desde esas latitudes.
En el nivel más bajo de la estratosfera, permanecen fuertes gradientes de vorticidad potencial, y la mayor parte de ese aire permanece confinado dentro de la masa de aire polar hasta diciembre, en el hemisferio sur, y abril, en el hemisferio norte, mucho después de la ruptura del vórtice en la estratosfera media.
En este sentido, la ruptura del vórtice polar del norte se produce entre mediados de marzo y mediados de mayo. Este acontecimiento significa la transición del invierno a la primavera y tiene repercusiones en el ciclo hidrológico, las estaciones de crecimiento de la vegetación y la productividad general del ecosistema.