Varios datos del rey de Tailandia que quizá no conocías y que son para alucinar

Aunque el nombre de Maha Vajiralongkorn (71 años) puede resultar desconocido para la gran mayoría de ciudadanos occidentales, la realidad es que en su país es todo un símbolo nacional, llegando a considerarse a sí mismo como un "semidios con trazas de animales mitológicos". 

Se trata del rey -absoluto- de Tailandia, único hijo varón de Al único hijo varón del malogrado y querido Bhumibol -que falleció en 2016 tras más de 70 años en el trono- y bajo su poder esconde el mayor patrimonio de cualquier monarquía en el mundo (30.000 millones de dólares). 

Pese a no contar con el apoyo de gran parte de la población tailandesa -especialmente por los más jóvenes-, su figura es sagrada en el país hasta tal punto que cualquier ciudadano tailandés que se atreva a publicar una foto o vídeo suya con la que se intente ridiculizarlo, tendrá que pasar un largo período entre rejas.

Conocido como Rama X, es la única persona que tiene la potestad para decidir si David Sancho salva su vida o es condenado a pena de muerte tras el asesinato que cometió la pasada semana en Bangkok, una decisión que solo puede ser revocada por el rey siempre que el condenado le haya escrito una carta personal en la que narre lo acontecido y se disculpe ante él, algo que Sancho hizo durante esta semana.

Volviendo al plano personal, el monarca absoluto tailandés cuenta con una larguísima lista de comportamientos de lo más extravagantes y que podrían definirse como impropios de una persona que ostenta tanto poder.

La primera de ellas y que deja entrever cómo se las gasta, tiene que ver con su perro Fufú, ya fallecido y a quien Rama X nombró Mariscal en Jefe de las Fuerzas Aéreas hasta que falleció, momento en el que el rey declaró cuatro días de luto oficial en todo el país.  

En segundo lugar y por ello no menos importante, se encontraría su más que probable ninfomanía -o al menos, eso se cree-. Esta teoría la sostienen algunos episodios en los que se ha visto envuelto, como la reinstauración de la poligamia en el país cuando llegó al poder o los tres meses que pasó junto a 20 chicas en la habitación de un hotel de lujo en Berlín durante el confinamiento por Covid-19.

Pero esto no queda aquí, ya que en numerosas ocasiones se ha visto a algunas de sus mujeres teniendo que arrastrarse ante él como símbolo de sumisión, una imagen que también se ha repetido con muchos de los altos cargos del ejército, a quienes les obliga a hacer lo mismo.

Capítulo aparte merece su coronación en el año 2019, cuando en otro delirio de grandeza y narcisismo, llegó a destinar 30 millones de euros con el objetivo de convertirse en la ceremonia de coronación más pomposa -duró tres días- y cara de la historia, donde llegó a haber desfiles de elefantes, rituales, muestras de sumisión por parte de los cientos de miles de ciudadanos que se congregaron en Bangkok y un sinfín de lujos inexplicables para el resto de las Casas Reales del mundo.

Como última muestra de la superioridad y los aires de grandeza con los que se ve a sí mismo sobre el resto de sus súbditos, cada 28 de junio con motivo de su cumpleaños ya es tradición, desde hace varios años, que reduzca o elimine penas de prisión a miles de encarcelados o conmute las penas de muerte por cadena perpetua.