Uno de los monumentos romanos más emblemáticos de España se convierte en casa okupada

Uno de los monumentos romanos más emblemáticos de España se convierte en casa okupada

Es un caso que sigue sin resolverse.

GettyImages-1366480431Simon McGill

El Teatro Romano de Mérida se construyó en los años 15 y 16 a.C. Desde entonces, miles de historias se han representado y se han vivido entre sus columnas. Sin embargo, muy cerca de su entrada principal, concretamente a 50 metros, se encuentra una vivienda que ha dado mucho de que hablar. 

Se trata de la casa de la familia Perdigón que fue cedida por el Ministerio de Cultura en la década de los años 40 al taquillero del teatro. Ahora, sigue siendo la residencia de dicha familia pero sin ninguna autorización legal vigente. Miguel, uno de los hijos del antiguo taquillero, se niega a desalojar la vivienda a pesar de las múltiples solicitudes emitidas por el Consorcio de la Ciudad Monumental, encargado de la gestión del teatro.

Esta controversia viene de 70 años atrás cuando, de forma verbal, se le permitió a dicha familia residir ahí como parte del acuerdo laboral del taquillero. Pero desde la creación del Consorcio en 1996 no existe ningún documento oficial que legitime la ocupación actual. Es un caso que no se ha podido resolver ya que al ser de carácter oral complica el proceso legal para recuperar el espacio.

Una situación compleja 

Por parte del Consorcio en 2020 y 2021 se solicitó formalmente al Ministerio de Cultura que tomara medidas legales. En el mismo año, debido al estado precario de la vivienda, también se remitió un escrito a la Dirección General de Bellas Artes describiendo la situación como "anacrónica e inexplicable en pleno siglo XXI". Sin embargo, estas peticiones no tuvieron éxito alguno pues ni siquiera recibieron respuesta.

La administración podrá recuperar la propiedad cuando las condiciones originales que motivaron la cesión desaparezcan. En este sentido, la necesidad de que la familia Perdigón resida allí ya no existe por lo tanto justificaría la recuperación del inmueble. Sin embargo, tiene un inconveniente y es la falta de documentación tangible. Mientras se resuelve este lento proceso burocrático, la caseta seguirá siendo ocupada por Miguel.