Un niño de 16 años abandona a sus padres y se muda a un tren anual de primera clase con viajes ilimitados
Lasse Stolley dejó su vida atrás el pasado año para dedicarse a viajar por todo Europa de forma ilimitada gracias a su condición de "nómada digital".
La historia de un adolescente alemán de 17 años llamado Lasse Stolley es una de esas que llama la atención de todo el mundo que la conoce tanto por su extrañeza, como por el atrevimiento del chico al decidir dejar atrás su cómoda vida en casa para dedicarse a viajar por toda Europa en tren.
Todo comenzó el año pasado, cuando a la edad de 16 años decidió romper con la normalidad de su vida y abandonó su hogar en la localidad de Schleswig-Holstein, donde vivía con sus padres, con la idea de embarcarse en una aventura tan inusual como es la de vivir en un tren de forma indefinida.
Este nuevo modo de vida lo ha hecho posible gracias al bono anual ilimitado de tren ofertado en su país, que permite realizar viajes por todo el continente sin ningún tipo de barreras, documentando todas sus vivencias en su blog "La vida en el tren", que también comparte en sus perfiles de redes sociales.
Por ello se puede decir que el joven vive permanentemente en un tren primera clase -el Intercity Express-, viajando y deleitándose con todas las vistas y paisajes que le ofrece su país, y del que está conociendo hasta el último rincón.
De acuerdo con las declaraciones que Lasse dejó al medio The Mirror, "vivo en el tren y me defino como un nómada digital desde hace un año y medio", ya que su actividad laboral como programador se lo permite. "Por la noche duermo en el tren Intercity Express y durante el día trabajo como programador. Viajo y visito muchos países. Estoy explorando toda Alemania".
Por este motivo, el joven no tiene domicilio fijo y asegura que invierte alrededor de nueve mil euros al año para poder mantener este estilo de vida. Así lo explicaba al medio citado: "En el verano de 2022 decidí viajar solo. Dejé a mis padres y mi casa en Schleswig-Holstein y me embarqué en esta gran aventura. Puedo hacer lo que me apetezca: si me apetece ir a la playa, por la mañana tomo el tren hacia el norte o tomo el tren a los Alpes para hacer una excursión. No tengo dónde retirarme. Mi casa es el tren", concluyó.