Un tumor con dientes de hace 3.000 años quita el sueño a la ciencia
El descubrimiento de un proyecto arqueológico internacional que se inició en 1979.
En el fascinante mundo de la arqueología, donde las ruinas del pasado cuentan historias silenciosas, Amarna, la antigua capital egipcia, ha dejado a los científicos boquiabiertos con su último descubrimiento. ¿El protagonista? Un tumor ovárico, tan antiguo como intrigante, que ha desafiado nuestras percepciones de la medicina en el antiguo Egipto.
Imaginen una llanura de ruinas que alguna vez fue testigo del esplendor del faraón Akenatón y su esposa Nefertiti. En este mágico escenario, el equipo del Proyecto Amarna, con picos y cepillos en mano, ha desenterrado un secreto. Entre los huesos y el polvo del tiempo, descubrieron el cuerpo de una mujer joven, cuyo destino estaba marcado por un intruso extraordinario: un tumor de ovario del tamaño de una uva.
Lo que hace que este hallazgo sea más asombroso, según la web Cronista, es la presencia de dos diminutos dientes dentro del tumor, una rareza que ha intrigado a los investigadores. El análisis detallado llevado a cabo por expertos del Proyecto Amarna identificó este tumor como un teratoma ovárico, una formación que contiene tejidos diversos como músculo, pelo, dientes y huesos, de las capas germinales del embrión.
Los teratomas ováricos, en su mayoría benignos, son conocidos por crecer lentamente, mientras que los malignos son menos comunes y pueden propagarse a otras partes del cuerpo. Aunque las causas exactas de estas anomalías no se saben, se cree que los factores genéticos o ambientales podrían estar relacionados.
Se cree que el teratoma ovárico de esta joven de Egipto creció de manera gradual a lo largo de muchos años, ejerciendo presión sobre los órganos internos de la mujer y, eventualmente, contribuyendo a su fallecimiento.