Un nuevo Mercadona saca a la luz un yacimiento romano
La compañía valenciana tendrá que modificar algunos aspectos de su nuevo centro en Arousa.
El gigante de la alimentación abrirá un nuevo establecimiento en el municipio pontevedrés de Arousa. A cambio, cerrará otros dos, ubicados en las calles Rosalía de Castro y López Cuevillas.
El nuevo emplazamiento, según informaron desde la compañía, estará en la rúa Valle Inclán, y afirman que con esta decisión buscan adaptarse a un "modelo de tienda eficiente", para lo que implementarán medidas respetuosas con el medioambiente, así como mejoras en los servicios que ofrecen a sus clientes; con aparcamientos más amplios y condiciones de compra más fáciles.
Para su construcción, la compañía de Roig ha invertido 11,5 millones de euros, y con esta nueva ubicación pretenderá abastecer a toda el área norte de la zona. Según han informado desde la corporación, los dos centros "no se pueden adaptar a los estándares de calidad" que pretenden conseguir, por lo que se decantaron por esta decisión.
Asimismo aseguraron que la plantilla no se verá condicionada, ya que serán recolocados en puestos acorde a sus "demandas y necesidades".
Pero la verdadera noticia no se encuentra en la reestructuración de sus trabajadores o las facilidades de las que pretenden dotar a sus instalaciones, sino algo mucho más "histórico".
Una cetárea romana
Sin duda, uno de los aspectos más llamativos de todo el proceso de la construcción del nuevo Mercadona ha tenido lugar bajo tierra. Y es que, el nuevo supermercado , que contará con una superficie de unos 2.800 metros cuadrados, junto a 135 plazas de garaje, estará ubicado sobre un yacimiento romano.
Se trata del llamado Castro Alobre, situado entre Maderas Redondo y el parque Valdés Bermejo. Fue la empresa A Citania la que realizó catas arqueológicas antes de iniciar la excavación en el lugar.
En ese momento, se dieron cuenta de que bajo el suelo había una cetárea romana, o lo que es lo mismo, una fábrica de procesado de pescado, que estaba vinculada al castro. Para conservarlo como se requiere, la Dirección Xeral de Patrimonio ha obligado a la empresa valenciana a cambiar el punto de entrada al recinto, tal y como informó El Diario de Arousa.