Un experto en etiqueta revela la pista que indica que el vecino odioso del barrio podrías ser tú
Estas son algunos de los indicios que pueden hacer que te replantees si eres esa persona.
Seguro que en alguna ocasión te has visto tentado a reprocharle alguna práctica o comportamiento a algún vecino debido a que se ha sobrepasado en un determinado aspecto o con su forma de actuar ha provocado un malestar o problema en el día a día. Si no es así, lamentamos comunicarte que es muy probable que ese vecino "insoportable" podrías ser tú.
Para comprobar si esto es así, aquí dejamos algunos tips o ejemplos de prácticas que has podido cometer para que algún(os) vecino(s) puedan llegar a tenerte cierta tirria o puedas ser considerado un mal vecino. Es muy posible que todo el mundo haya incurrido en alguna de ella en algún momento determinado, aunque estas rencillas pueden solucionarse de forma fácil, siempre que no sean reiteradas ni continuadas en el tiempo.
En primer lugar, podríamos destacar el hecho de que la familia sea especialmente ruidosa. Este hecho puede implicar una confrontación con ciertos vecinos, especialmente cercanos, si los ruidos o voces se extienden en el tiempo y sobre todo si se producen a deshoras: gritos, voces de niños, golpes o incluso realizar obras a horas que no está permitido, son algunos ejemplos.
El siguiente indicio podríamos encontrarlo en la celebración de fiestas no avisadas. Este hecho puede perturbar la tranquilidad de los vecinos, especialmente si se trata de un bloque y no de una casa que se encuentre más alejada de las viviendas más próximas. Esto, sin duda, puede suponer un gran foco de conflicto entre ambas partes, especialmente si se convocan sin un previo aviso y a altas horas de la noche.
Otro hecho que puede hacerte ganarte el cartel del 'vecino molesto' es el hecho de ser 'pesados' con el resto. En ocasiones, es común encontrarse con algún vecino o vecina que son especialmente intensos en sus formas, hablando constantemente, preguntando o entrometiéndose en asuntos privados de forma un tanto intrusiva o simplemente, acudiendo a tu casa de forma constante para cualquier tontería.
En este caso, habría que señalar que, en la mayoría de ellos, y pese a que se viva muy cerca de ellos, es necesario recordarles que ser vecino no implica ser amigos.
Por último nos encontramos con otra práctica, también extendida en muchas personas, como es el hecho de protestar por casi todo lo que ocurre en la comunidad: ruidos que pueden ser considerados normales, criticando todo lo que se vote en una junta (obras, derramas, pagos...) o simplemente, que se quejen de cualquier aspecto de lo más común en una comunidad.
