Termina el juicio por el asesinato de Samuel Luiz: “Lo que te gritan cuando te matan es importante, y le gritaron maricón”
El jurado tiene 72 horas para deliberar las penas por el crimen homófobo más sonado en España en los últimos años. Los acusados se enfrentan a penas de hasta 27 años de prisión.
La muerte que más reacción social ha despertado en los últimos años en España está a punto de lograr justicia. El juicio ha terminado, y la Audiencia Provincial de A Coruña se dispone a redactar la sentencia para la manada de jóvenes que arrebató la vida del joven Samuel Luiz Muñiz en julio de 2021. Hay múltiples versiones. Los implicados enrevesan sus versiones para esquivar un destino prácticamente definido, y la familia del joven enfermero clama piedad y justicia.
El jurado popular ha entregado su veredicto este lunes 18 de noviembre sobre lo que aconteció aquella noche después de un juicio que ha tardado tres años en empezar, y por fin, en pocos días la jueza encargada del caso, Elena Fernanda Pastor, determinará qué pasará con los cinco mayores de edad identificados e implicados en la muerte más sonada de los últimos tiempos.
La primera persona que destapó el telón de un proceso judicial que ha durado 30 días, fue Olga Serrano, fiscala encargada del caso. Su versión circulo por las redes sociales como la pólvora, por la dureza y la contundencia de sus palabras. Pide para los acusados, entre 22 y 27 años de prisión.
El pasado 16 de octubre, el Ministerio Público relató los pasos previos y posteriores a la muerte del joven coruñés: en la madrugada del 3 de julio de 2021, primer fin de semana en el que se abren los pubs y discotecas en Coruña después de la pandemia, Samuel había salido con una amiga con la que se encontraba realizando una videollamada con otra amiga de Pontevedra.
“En el mismo momento, Diego Montaña, sale del mismo pub en el que se encontraba Samuel, con su novia, Katy Silva Barros”. Después de malinterpretar que les estaban grabando, se desató el caos. “Deja de grabarnos”, “¡deja de grabar, a ver si te voy a matar, maricón!”. Al filo de las tres de la mañana, estalló en linchamiento colectivo que acabó con la vida de Samuel. La fiscala asume que ambos actuaron por la animadversión que le causaba la orientación sexual del joven.
“Los continuos y brutales golpes propinados a Samuel fueron realizados con la intención deliberada de aumentar innecesariamente su dolor y sufrimiento físico para alcanzar el fin letal, reflejo de una crueldad y deshumanización extremas”. Además, en su versión, critica que mientras linchaban a puñetazos al joven, “Katy Silva bloqueaba el paso a quien quería auxiliarlo”: dos migrantes senegaleses, Ibrahima Diack y Magatte Ndiaye, y su amiga.
Los dos forenses del Instituto Legal de Galicia encargados de la autopsia del cuerpo del joven respaldan sus palabras. “La hemorragia se fue acumulando golpe tras golpe, construyendo la lesión un golpe sobre el anterior”, una conclusión médica que la propia fiscal ejemplificaba con cinco canicas. “El peso de una sola no mueve la balanza, pero si se ponen todas juntas la balanza baja”.
Las lesiones halladas durante la autopsia en la cabeza y en el cuerpo de Samuel eran “inespecíficas”. Los forenses determinaron que, al no haber cortes, ni fracturas óseas, no fue un arma lo que le quitó la vida a Samuel, sino los múltiples puñetazos y patadas que recibió sin piedad. “Cazaron y mataron por diversión”, sostiene la fiscal.
Los presuntos asesinos de Samuel han acaparado titulares en los medios de comunicación por desatender e ignorar los testimonios que les acusaban de haber cometido un homicidio y un delito de odio. Una imagen distinta a las de sus turnos de palabra, en las que se han declarado inocentes del delito de asesinato, han llorado, y los dos que han admitido pegar a Samuel en algún momento de la agresión han pedido perdón. La fiscala les ha puesto motes.
Diego Montaña, "el líder”
Diego Montaña –la fiscalía pide para él 25 años de prisión (23 por asesinato y tres por la agravante de discriminación homófoba)–, ha pedido disculpas. “Yo lo que quiero es pedir perdón a la familia de Samuel, porque todo esto empezó por mi culpa. Si yo no lo hubiera empezado, nada de eso hubiera pasado y él estaría vivo”.
De acuerdo con su versión, “se formó un tumulto de mucha gente” en el momento en que comenzó a golpear a Samuel, “había mucho ruido y no puedo negar nada, pero tampoco afirmar qué hice”. A los pocos minutos, el joven logró escapar a la acera de en frente del paso marítimo de la ciudad gallega, y Montaña le persiguió. “En el momento que cruce, veo una imagen que no me quitaré de la cabeza en la vida: el cuerpo de Samuel con tres o cuatro personas a los lados, tumbado boca arriba”.
En su conclusión, el joven de 29 años afirma que “se enteró” de lo que había sucedido “al día siguiente en la prensa”. “Yo estaba asustadísimo, en mi vida me pasó tal cosa, borré cosas del teléfono, pero ni sé qué borre”.Por su parte, la fiscala sugiere que “el líder”, “hace gala de su fuerza bruta y de la que se enorgullece”, haciendo referencia a su participación en toda la agresión.
Katy Silva, “la dulce niña Catherine”
Katy Silva, para quien la fiscala pide una condena de 25 años de cárcel por un delito de asesinato con agravante por discriminación sexual, fue una de las primeras en pasar por escrutinio público. Ella alegó ante el jurado popular que aquella noche “abofeteó” a su entonces novio, Diego Montaña, hasta en dos ocasiones, cuando “intentaba sacarlo de encima de la víctima”, y horas después, cuando se reunieron en un parque tras enterarse de que el agredido había muerto en el hospital,
“Intenté separar varias veces a Diego cuando le pegaba a Samuel. En un momento paró y le di dos bofetadas para que dejara de pegar. Me pareció que había entendido por un momento el mal que estaba haciendo, pero enseguida continuó agrediendo. Ahí me puse a llorar y me bloqueé”, asegura la joven.
Sin embargo, su versión ha sido cuestionada por múltiples testigos que se encontraban en el momento de la brutal paliza. Es el caso de Lina, amiga de Samuel, que testificó que aquella noche Katy Silva encontraba “enfadada y agresiva”.
Según reveló, cuando trató de ayudar a su amigo, Silva “me empujó, y me tiró al suelo”. “Me dijo tú lárgate de aquí que no pintas nada”, dijo la testigo frente al jurado popular, y aprovecho que la misma le hablaba en “tono discriminante”. También afirmó que se refería a Samuel como “maricón de mierda”, aunque la acusada asegura no tener animadversión por las personas no heterosexuales ya que “sus dos mejores amigos son transexuales”.
Yumba, "el lugarteniente del grupo"
Los testigos sitúan a Alejandro Freire Yumba atenazando a Samuel por el cuello, desde atrás, para “ponerlo a merced de los golpes de Montaña”. Se enfrenta a una condena de 22 años de prisión como “coautor del crimen”.
“Estoy muy arrepentido, muy arrepentido”, aseguró en su testimonio el primero de los acusados en declarar. “Con la mano en el corazón quiero pedir disculpas a toda la gente a la que he hecho daño y que he podido hacer sufrir. Pero también quiero decir que Samuel no murió por mi culpa”, añadió.
En el juicio, el joven cuenta que salió de casa con un gramo de cocaína pero que “entre invitaciones y tal, al final serían como 10 o 15 rayas”. A esto, suma “más de media botella de whisky y varias cervezas”. “Estando sobrio nunca habría agredido a Samuel”
“Lo agarré de forma instintiva porque pensé que se estaba peleando con Diego y nos caímos al suelo. No lo estrangulé ni intenté ahogarlo”, clama Yumba, su inocencia, con una intervención final en la que “me declaró inocente de la pena de asesinato de la que se me acusa”.
Kaio Amaral, “el primero de clase"
Olga Serrano calificó al acusado como "el primero de clase", por creer que por ir a la policía después de la muerte de Samuel iba a quedar indemne. Kaio Amaral admitió en su testimonio que robo el móvil de la víctima que encontró “debajo de un árbol”, dónde empezó la agresión. Según la versión oficial, el fin de semana que sucedieron los hechos llegó a desmontarlo por piezas, una práctica que "no le era ajena", porque según ha confesado, “ya lo había hecho más veces”. “Para no entregárselo a la policía, lo acabó tirando”.
Él asegura que no tocó el cuerpo de Samuel durante la paliza. “Al 100% nunca toqué a Samuel ni para quitarle el teléfono ni para pegarle”. Se enfrenta a 27 años de prisión. Él y a Katy Silva, son los únicos que han afirmado estar “fuera del enfrentamiento” en todo momento, y que intervinieron para separar a Montaña de Samuel.
Alejandro Míguez, “el mentiroso”
La representación del Ministerio Publico en el juicio de Samuel, lo ha calificado como “el mentiroso” porque él mismo ha reconocido que había mentido en al menos, tres ocasiones, “por miedo”. De hecho, lo primero que tuvo que explicar el "íntimo amigo de Diego" es por qué mintió cuando fue detenido. “No quería que esto me salpicase. Estaba muy asustado”, explicó.
Míguez se enfrenta a una pena de 22 años de prisión, y en el momento que expuso su versión se declaró inocente. Él afirma que cuando llegó donde se estaba produciendo la disputa, vio a Diego Montaña “lanzando una serie de puñetazos hacia una persona que él no conocía y a la que Alejandro Freire agarraba por el cuello”.
“Lo primero, intenté saber qué es lo que estaba pasando. Escuché a Katy decirme: 'No hagas nada que todo esto es culpa de Diego’. Recuerdo meter los brazos para separarlo de Samuel y luego ser desplazado por el tumulto. Volví a intentar parar la agresión, pero no pude”.
“Una caza de lobos”
En su alegato final, la fiscal mantiene las penas propuestas en un principio, de 22 a 27 años para los cinco acusados, que, además, cuenta con "plena sintonía” de la acusación particular, que representa a los padres de la víctima, y la acusación popular, representada por Asociación LGTBI+ ALAS A Coruña.
“Le vieron la pluma y eso les legitimó para matarlo; Samuel murió por el simple hecho de ser. Todos tenemos derecho a ser lo que queremos ser, sin perjudicar a nadie”, reivindicó en la penúltima sesión Mario Pozzo-Citro, el abogado de la asociación personado en la causa. “Lo que te gritan cuando te matan es importante, porque eso dice lo que está pensando quien te mata... y a él le gritaron maricón de mierda”.
La alternativa que ha presentado la representante del Ministerio Público en la última sesión del juicio es que considera a Katy Silva y Alejandro Freire, no como autores del asesinato, sino como cómplices. Por ello, pide para ella, 14 años y medio de cárcel, y para él 13 años.
En la última oportunidad del abogado de Diego Montaña, Luis Manuel Salgado, lanzó con dureza una pregunta al jurado: “¿Creen que estos niñatos de 20 años querían matar a Samuel y no se detuvieron hasta que lo vieron muerto? Se lo digo yo, si llegan a saber que iba a morir, se cagan por los pantalones y ni Dios lo toca”.
Como respuesta, la fiscala comparó a los cinco acusados con animales. “Una manada de lobos sale a cazar y cuando sale a cazar tiene como objetivo una presa. Mientras unos atacan, otros evitan la defensa”. El objetivo, dice, “es común”: “aterrorizar, agotar y provocar la defensión absoluta hasta provocar la muerte”.
“No se confundan, yo no estoy llamando lobos a los acusados, ni a los que ya fueron condenados por la muerte de Samuel. Los lobos cazan para sobrevivir. Los seres humanos son los únicos seres vivos que matan por diversión, por regodearse en el dolor de los demás”, concluyó clamando justicia al banquillo del jurado. El plazo para que la jueza decida qué pasará con estas cinco personas es como máximo de 72 horas.