Santiago Niño Becerra se pronuncia alto y claro sobre las consecuencias de atacar al turismo en España
"En ningún momento se ha planificado en los últimos 60 años ninguna política turística".
El turismo está siendo un tema muy controvertido en España durante los últimos años debido, entre otras cosas, a la masificación que está provocando en muchos puntos del país, el alquiler de pisos turísticos que impiden a muchos ciudadanos locales encontrar casa para vivir...
El último en pronunciarse ha sido el economista Santiago Niño Becerra, quien considera que España ha afrontado el turismo un modo "muy negativo". Y es que no ve con buenos ojos el hecho de que en unos años el PIB relacionado con el turismo alcance el 17% frente al 13% actual.
“Cuando hablamos del 17% hay que subdividirlo, hoy el 45% del PIB en Baleares lo genera el turismo, en Canarias es el 30%, en Cataluña el 12,2%. Por cada millón de turistas que llegan a Baleares, el PIB aumenta o disminuye en 1.400 millones'', ha indicado en el programa de Cuatro 'Todo es mentira'.
Desde su punto de vista, el principal problema del turismo es que "no se ha afrontado". ''En ningún momento se ha planificado en los últimos 60 años ninguna política turística, quiere decir que para reducir la masificación tenemos que renunciar a un porcentaje del PIB'', apunta.
¿Problema sin solución?
En cuanto a las posibles soluciones, el economista considera que no es posible revertir la dependencia que tiene nuestro país al turismo de masas sin renunciar a los millones de euros que podrían perderse al poner límites: "Hace 25 años diría que tal vez, ahora no (...) El turismo llegó a España y se quedó, hemos llegado a un punto en el que ese 13,4% de PIB nos cuesta una exageración''.
Y es que señala que las tasas económicas que las ecotasas podrían ser una solución, pero tendrían que ser muy elevadas, lo que generaría mucho rechazo en la sociedad: "Si se implanta para disuadir la llegada masiva está muy bien, pero habrá voces que digan que solo pueden poner los ricos".
En este sentido, él se muestra más partidario de controlar la cantidad de visitantes en determinados lugares y una vez se llegue al aforo máximo cortar para que no acceda más gente. "No le veo otra salida", concluye. De esta forma, cuando alguien viaje tendrá que reservar previamente todos los espacios que quiera visitar.
Un método que considera más eficaz que las tasas: "En Venecia se han dado cuenta de que no sirve porque la gente lo paga. Tendría que ser una ecotasa muy elevada. Pero ahí entran las diferencias porque quizá un noruego pueda pagarlo, pero un argelino no".