Qué es la misogamia, la nueva forma de relacionarse que ha despertado el interés de la psicología

Qué es la misogamia, la nueva forma de relacionarse que ha despertado el interés de la psicología

Factores sociales, como las nuevos tipos de familia, la inestabilidad laboral o el aumento de divorcios influyen en este incremento.

Una novia y un novio tomados de la mano durante una boda.Getty Images

Se habla de una tendencia, el aumento de la misogamia (o rechazo al matrimonio) aunque no hay demasiados datos que analicen en profundidad este fenómeno. Sí hay una reducción de la cantidad de parejas que contraen matrimonio, por ejemplo, pero eso no quiere decir necesariamente que detrás exista ningún trastorno o rechazo hacia él. Las diferentes circunstancias determinan decisiones vitales como la de contraer o no matrimonio.

Sin embargo, aunque no se pueda generalizar tan fácilmente, sí los psicólogos están observando una mayor tendencia a adoptar formas de vida que, casándose o no, incluyen eludir los compromisos de pareja o de crear una familia. El término “misogamia”, que proviene del griego y combina misos (odio) con gamos (matrimonio) significa rechazo al matrimonio pero no a las relaciones amorosas o tener pareja.

Lo que sí es cierto es que el matrimonio está perdiendo terreno frente a nuevas formas de convivencia, que incluyen otro tipo de relaciones estables. Diversos estudios apuntan el aumento de los divorcios, el crecimiento de nuevas formas de familia (como las monoparentales) unido a factores sociales, como la inestabilidad laboral o directamente el paro entre la población juvenil y en la primera edad adulta como factores que influyen en esta tendencia a no contraer responsabilidades, como implica legalmente la del matrimonio.

Las personas misógamas, en general, prefieren la independencia, la autonomía y la flexibilidad o la sensación de libertad o la ausencia de opresión que ofrece una relación no matrimonial.

Otros factores sociales que mencionan los especialistas para este incremento tienen que ver con el miedo al fracaso, debido al alto índice de divorcios, unido a la desilusión con la institución matrimonial, por la rigidez de las normas sociales y las expectativas asociadas al matrimonio.