Los peligrosos dragones azules llegan a las playas europeas y piden no tocarlos
Estos dragones azules se dejaron ver en playas españolas en verano de 2023. No nos habían vuelto a visitar desde 1705.
Varios ejemplares de dragón azul han sido avistados en playas de diversos lugares del mundo, incluyendo localizaciones europeas. Por desgracia, estas criaturas tan bonitas son peligrosas. En el caso de que te encontrarás con un espécimen y te entrarán ganas de tocarlo, deberías reprimir esa tentación.
Estos dragoncitos azules, o Glaucus atlanticus, suelen nadar sobre la superficie del océano y se alimentan de toxinas de medusas u organismos similares. Son criaturas muy pequeñas: miden entre 0,5 y 3 cm de largo, sus cuerpos son aplanados y estrechos y tienen seis extremidades. Suelen verse en los océanos Atlántico, Pacífico e Índico, pero recientemente se está viendo más en lugares como aguas europeas, las costas orienta y meridional de Sudáfrica o el frente de la costa oriental de Australia.
Como ya hemos comentado más arriba, los Glaucus atlanticus son peligrosos. Solo tocarlos puede provocar una picadura muy dolorosa. NBC, medio que se ha hecho eco de la expansión del dragón azul, ha pedido a la bióloga marina Jace Tunnell que describa dicho dolor: "Es muy intenso. Notarás como si alguien te estuviera clavando agujas en la piel".
Dicha picadura puede provocar vómitos, mareos, irritación, sarpullidos y ampollas dolorosas. En casos extremos ha llegado a provocar reacciones alérgicas e incluso la muerte. En el improbable caso de que te muerda alguno de estos dragones azules, se recomienda llamar a una ambulancia o ir a urgencias de inmediato. Si te ha picado, no te adentres en el agua ni frotes la picadura con arena.
La última vez que los dragones azules estuvieron en España
Aunque por ahora no se han detectado dragones azules en playas españolas en este caso, sí que nos llegaron a visitar en verano de 2023. En concreto, se avistaron algunos ejemplares en las playas alicantinas de La Mata (Torrevieja), La Roqueta (Guardamar del Segura) y la cala de Las Estacas (Orihuela). Hacía más de tres siglos que no se conseguía ver ninguno, concretamente desde el año 1705, cuando el botánico Johann Philipp Breyne los vio en Ibiza.
Fue en el verano de 2021 cuando se capturaron seis ejemplares vivos, que acabaron muriendo a las pocas horas. Sin embargo, varios científicos pudieron llevar a cabo una investigación. Las revistas científicas Quercus y Mediterranean Marine Science han publicado recientemente los resultados de este estudio, llevado a cabo por Juan Antonio Pujol, Raquel López y Nicolás Ubero, del Grupo de Transferencia del Conocimiento 'Biodiversidad y zoología aplicada' de la Universidad de Murcia.
Este curioso gasterópodo, conocido con el nombre de Glaucus atlanticus, mide apenas tres centímetros de largo. Tienen la capacidad de camuflarse en el mar debido a su singular color y su habilidad de flotar boca abajo sobre la superficie del agua.
"Dado el proceso de tropicalización que se está produciendo en el mar Mediterráneo, no sería de extrañar que pronto se avistaran nuevos ejemplares, ya que entre sus presas se encuentran habitantes comunes del Mediterráneo", explican los tres investigadores.
Unos meses después de este hallazgo en el Mediterráneo, varios dragones azules se dejaron ver en las islas Canarias. Pusieron en alerta a la población, ya que su picadura puede ser peligrosa -pero no letal- al traspasar sustancias venenosas que van almacenando de sus presas.