Ni pisos ni hoteles: los okupas se sacan de la manga una nueva residencia ilegal que atemoriza a los vecinos
Trasteros convertidos en viviendas improvisadas: heces, basura y enganches ilegales a la luz se suman a la degradación que vive un barrio de la capital navarra, Pamplona.

"Esto se ha convertido en un gueto. Tenemos miedo y la situación lleva años afectando a nuestra salud". Así de claro lo tienen los vecinos del barrio pamplonés de Buztintxuri, que desde 2006 conviven con un problema que lejos de resolverse, ha empeorado, según el Diario de Navarra . En dos edificios, cuya propiedad le corresponde al Ayuntamiento de Pamplona, cuatro viviendas están ocupadas de manera ilegal. Ahora, los mismos vecinos denuncian un nuevo foco de conflicto: la ocupación de trasteros.
El deterioro de la convivencia y la inseguridad, según el citado medio, son palpables en el barrio. El Ayuntamiento de Pamplona es consciente de esta situación desde hace tiempo, pero el punto de inflexión llegó en 2024, cuando una persona murió en el incendio de un piso ocupado. "La inacción y la dejación han sido totales", lamentaban por aquel entonces los afectados, que han llamado una y otra vez a la policía municipal para alertar de peleas, consumo de drogas y fiestas nocturnas sin que se hayan tomado medidas.
El bloque, construido en forma de "U", alberga viviendas de protección oficial, realojos y ocupaciones ilegales. La falta de control ha generado un clima de tensión y los residentes han puesto el grito en el cielo tras comprobar que también se han ocupado los trasteros. Cerraduras reventadas, colchones en el suelo, excrementos, basura y enganches ilegales a la red eléctrica son algunas de las pruebas que han podido documentar. Aseguran que en el garaje del edificio hay un depósito de chatarra y un taller, mientras ven que cada día aparecen varios coches de lujo aparcados en la calle, sin que nadie conozca su origen.
“Hace poco sacaron de uno de los trasteros a un adulto y a tres menores de edad que se habían escapado de un centro”, explica un vecino. El ruido es constante y los robos han convertido la vida diaria de muchas familias en un infierno. Ante este panorama, le exigen al Ayuntamiento que tome medidas inmediatas: el desalojo de los ocupantes, la rescisión de los contratos de alquiler de las viviendas problemáticas, además de insonorizar todos los portales para reducir el ruido nocturno.
El 12 de febrero, el PP presentó una iniciativa en la comisión de Urbanismo reclamando la insonorización de un portal, la reparación de los daños y el cumplimiento de la normativa municipal sobre acceso a viviendas en situaciones de emergencia habitacional. También pidió que la futura ordenanza de vivienda municipal garantice que no se generen nuevos guetos. La propuesta no prosperó y solo contó con el respaldo del propio grupo popular.