Ni la fertilización ni la frecuencia: esta es la clave para podar un olivo para que dé aceite de alta calidad
Especialistas dan hasta tres trucos para cuidar uno de los árboles más relevantes del campo español.
Estamos ya en 'época aceitunera'. En provincias como Jaén, Córdoba o Toledo, entre otras muchas, ya se están movilizando cuadrillas de agricultores por la campaña de la recogida de la aceituna, uno de los grandes productos del campo español.
Durante meses, cantidad de jornaleros y grupos trabajarán las vastas explotaciones de olivos, como ocurre con Jaén, principal territorio en materia oleícola, con cerca de 70 millones de olivos en toda su provincia.
Allí y en tantas otras zonas el olivo es un elemento fundamental. Por ello, conviene saber cómo tratarlo, por ejemplo, haciendo una buena poda para cuidar la aceituna y el aceite salido de este fruto.
El trabajo de campo es mucho más amplio que unos rápidos consejos, pero los especialistas recomiendan lo que llaman las 'tres reglas básicas' para podar correctamente un olivo y mantener la salud y el rendimiento de este árbol.
El primer paso es eliminar las ramas altas de los olivos, los llamados 'sombreros', porque obstaculizan el crecimietno de las ramas más pequeñas. Estos 'sombreros' tampoco aportan más fruto al árbol, aunque es clave podarlas bien y cortarlas a ras del tronco para ayudar a su cicatricación.
Si las muy grandes molestan, las ramas que ya rozan o directamente tocan el suelo también deben ser retiradas del olivo en pos de garantizar su estabilidad. Del mismo modo, aquellas ramas con mucho tronco pero pocas hojas verdes también deben ser cortadas.
El último paso es tener especial cuidado en sus ramas interiores, porque el árbol podría sufrir agujeros demasiado grandes o incluso quemarse, porque al aclarar el olivo en su parte interior recibirá más luz. Esta luz es funamental para que mejore la circulación de aire, pero debe hacerse con ojo.