Una madre envía una factura de 36 euros a la mamá del amigo de su hijo que vino a jugar un ratito a casa

Una madre envía una factura de 36 euros a la mamá del amigo de su hijo que vino a jugar un ratito a casa

La acción ha generado una gran polémica.

Una mujer con una calculadora y varios billetes de euroGetty Images

La influencer Brianna Weimar, quien cuenta con más de 700.000 seguidores en la red social TikTok, se ha convertido en estos días en objeto de polémica tras haber hecho público (a través de un vídeo en la mencionada red social) que ha enviado una factura de 36 euros a la madre de un amigo de su hijo que fue a jugar a su casa.

Weimar ha explicado al respecto que ha calculado los costes asociados a la visita del niño, incluyendo los gastos generados en conceptos como comida, productos de limpieza o consumo energético.

Según la mujer, ha enviado la factura debido al aumento del coste de la vida. En ese sentido, ha detallado que desde hace un tiempo ha comenzado a registrar (a través de una hoja de cálculo) todos los gastos asociados a las visitas de los amigos de sus hijos.

En este caso concreto, la factura ha estado compuesta por los siguientes elementos:

  • Bolsa de galletas: 3 euros.
  • Yogur para beber: 2 euros.
  • Tres usos de jabón: 1 euro.
  • Dos zumos pequeños: 4 euros.
  • Diez minutos de uso de rotulador: 2 euros.
  • 45 minutos de electricidad de videojuegos: 5 euros.
  • Dos palitos de cecina: 6 euros.
  • Una barra de helado: 3 euros.
  • Tasa de limpieza de alfombras: 10 euros.
  • Total: 36 euros.

Muchos internautas han criticado duramente la decisión de esta influencer. Uno de ellos ha asegurado que esta práctica “es una forma perfecta de destruir todas las amistades de tu hijo”, mientras que otro ha expresado que “cuando recibo invitados en mi casa, ofrezco comida, bebida y entretenimiento sin pedir nada a cambio. Espero lo mismo si invitan a mi hijo o a mí”.

Titania
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Santander

También se ha mostrado contrario a esta forma de proceder el psicólogo infantil Luca Rossi, quien ha señalado que “es esencial enseñar a los niños el valor del dinero y la responsabilidad, pero facturar las visitas puede crear un clima de hostilidad y competencia que puede afectar negativamente a su crecimiento emocional y social”.