Los sanitarios alzan la voz tras el último colapso en las urgencias del hospital La Paz: "No se puede trabajar así"

Hace no mucho tiempo, casi todas las cámaras de televisión apuntaban a los hospitales. Los aplausos a los sanitarios que luchaban contra la pandemia del covid copaban multitud de titulares. Pero tres años después del inicio de la crisis sanitaria, la situación sigue siendo insostenible en algunos centros.

Algo que llevó a un grupo de 31 trabajadores del Hospital Universitario La Paz a presentar una denuncia ante el juez de guardia por el que consideran un "colapso" que se vivió hace algo más de una semana en las urgencias.

La treintena de sanitarios acusó en el escrito que había un "evidente para la seguridad y para la salud mental de los trabajadores”, porque a las 08.00 horas de la mañana había unos 70 pacientes que estaban esperando a ser hospitalizados o se encontraban en mitad de los pasillos.

Los trabajadores reclamaron acciones a la Consejería de la Comunidad de Madrid y pidieron la reapertura de las 435 camas que seguían cerradas. Algo que, horas más tarde, se terminó normalizando.

Desde el Hospital Universitario de La Paz detallan que durante aquellos días hubo "una afluencia de pacientes superior a la normal para esta época del año motivada posiblemente por las altas temperaturas" y también un "repunte de casos de covid".

Para solventar el problema, detallan que en urgencias se abrió una sala para "18 pacientes de ingreso", se revaluó a algunos pacientes que podrían ser atendidos por "la Unidad de Hospitalización a Domicilio", se habilitaron camas en plantas de hospitalización y se agilizaron traslados al Hospital Enfermera Isabel Zendal.

Una situación que no es nueva

Pero no, lo que ha ocurrido hace unos días en el Hospital Universitario de La Paz no es nuevo y algunos de sus trabajadores ya han elevado la voz en más de una ocasión por lo que suele pasar cada poco tiempo en las urgencias del conocido hospital madrileño.

Rosa Díaz, enfermera y delegada de Satse Madrid en el Hospital La Paz, señala que es un problema que lleva ocurriendo desde hace muchos años y se debe a que "la urgencia no está diseñada para atender tantos pacientes".

"Hay una sala concreta, la de agudos, que está pensada para 32 pacientes. Ha habido hasta 50 y pico, con cuatro o cinco enfermeras. Lo normal son cuatro, pero suelen traer a una más para reforzar", asegura.

Lo que denuncian muchos de esos trabajadores es que consideran que la atención se termina viendo perjudicada por las instalaciones y parte del material con el que cuentan.

"En el caso que he mencionado, son pacientes agudos que hay que atenderlos en sillas, sillones, en los pasillos... De verdad, creo que este hospital tiene que invertir para mejorar la urgencia. Las obras están diseñadas para diez años y las urgencias no pueden estar así", reclama Rosa Díaz.

La enfermera reconoce que es un hospital que cuenta con "un montón de premios" y tiene "cirugías que sólo se hacen aquí". "Pero es que ni siquiera pueden comprar un biombo. Una señora mayor no puede tener intimidad alguna porque están rotos o la tela está rajada. No se puede trabajar así. Estamos olvidados por parte de la Comunidad de Madrid", señala.

Lo consideran un "problema de presupuesto"

Ya no sólo por lo ocurrido hace unas semanas. Algunos trabajadores critican las condiciones en las que tienen que atender a los pacientes que llegan a las urgencias del reconocido hospital madrileño.

"Los pacientes están hacinados. Se pueden tocar unos con otros, con camas tan unidas que para el personal sanitario es muy difícil no cometer un error. Casi no tenemos tiempo ni para beber agua", justifica la enfermera del centro hospitalario.

Una situación de la que también da cuenta Miguel Ángel. Trabaja como celador en el Hospital Universitario de La Paz y reconoce que todo se resume a que es "una pescadilla que se muerde la cola". "Hay una reducción de personal durante el verano y hay pacientes que, como necesitan hacer fisioterapia y no quieren esperar la lista de espera, se quedan ingresados. Eso, unido al cierre de camas, hace que la gente que llega a urgencias tenga que pasar más tiempo en ellas", detalla.

Algo a lo que, desde el hospital, apuntan con que en verano "se reduce la demanda asistencial" por las vacaciones de la población y eso sirve para "reorganizar el número de camas, ampliando o disminuyendo la funcionalidad según su necesidad". "Esta reorganización en verano permite acometer numerosas obras de mejora y labores de mantenimiento en las plantas", razonan.

Pero, a ese incremento en el número de pacientes que entran en las urgencias del hospital, se le suma a que, como denuncian algunos trabajadores, hay momentos en los que puede haber poca distancia entre un paciente que puede ser positivo en covid y otro que tiene otra afección distinta.

"Hay pacientes que pueden tener covid. Sigue habiendo picos e igual no sería aconsejable que estuvieran en la misma sala junto a otros. Creo que es un problema de presupuesto. Tienen un margen para hacer contrataciones por circunstancias diferentes y eso lo llevan a cuentagotas", justifica.

Carlos, facultativo y delegado de CCOO, también destaca que "espacios hay", porque durante el colapso de hace poco más de una semana "la sala de preingreso estaba cerrada" y "ahora ha servido de válvula de escape a las urgencias". "Pero esas salas necesitan de personal y, si no se contrata, es inviable poder abrirlas. Por decirlo así, hay espacios que se pueden usar", añade.

Lo que ha pasado hace unas semanas en las urgencias del Hospital Universitario de La Paz es sólo una de las muestras de que las reclamaciones que llevan haciendo muchos años los profesionales sanitarios.

Pero también lo han hecho algunos pacientes. Tal y como recogió hace unas semanas El País, una mujer denunció la carga de trabajo de los técnicos de laboratorio de dicho centro, tras esperar más de seis semanas a recibir los resultados de una biopsia.