Los científicos rectifican el error de cálculo que condenaba a los utensilios populares de las cocinas españolas

Los científicos rectifican el error de cálculo que condenaba a los utensilios populares de las cocinas españolas

El bromo puede ser uno de los elementos más peligrosos para el ser humano.

Imagen de archivo de unos utensilios de cocina elaborados con plástico negro.Getty Images/500px

Los investigadores detrás de un estudio publicado en octubre, que generó preocupación mundial sobre los riesgos del plástico negro reciclado, han rectificado errores en sus cálculos sobre los niveles seguros de exposición a retardantes de llama. La revisión ha reducido la percepción inicial de peligro, aunque persisten las advertencias sobre el uso de estos materiales en objetos cotidianos.

El estudio, liderado por Megan Liu del grupo Toxic-Free Future y publicado en *Chemosphere*, analizó 203 productos domésticos fabricados con plástico negro reciclado. Los resultados iniciales indicaban que el 10% de estos contenían altos niveles de bromo, un componente de retardantes de llama bromados (BFR). Además, dos tercios de los productos afectados también contenían retardantes organofosforados (OPFR), usados frecuentemente en dispositivos electrónicos para prevenir incendios.

Sin embargo, los investigadores corrigieron un error significativo en el cálculo de la exposición diaria segura al retardante BDE-209. El límite establecido por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) es de 420.000 nanogramos por día para un adulto promedio de 59 kilos, pero el estudio había informado erróneamente un umbral de 42.000 nanogramos. La rectificación disminuye la alarma inicial, ya que los niveles de exposición reportados eran mucho más bajos de lo que se temía.

A pesar de la corrección, los autores mantienen su recomendación de reemplazar productos de plástico negro, como utensilios de cocina y juguetes, debido a la persistencia de estos químicos en los plásticos reciclados. Según el estudio, los retardantes de llama, diseñados para dispositivos electrónicos, pueden seguir presentes en nuevos productos, planteando posibles riesgos para la salud.

Megan Liu subrayó la necesidad de realizar más investigaciones sobre los efectos a largo plazo de la exposición a retardantes de llama. Si bien se han vinculado con problemas tiroideos y debilidad ósea, los riesgos exactos de su presencia en productos cotidianos aún no están completamente claros.

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