La villa medieval de las bodegas del País Vasco esconde un centenar de secretos bajo tierra

La villa medieval de las bodegas del País Vasco esconde un centenar de secretos bajo tierra

Algunas de sus bodegas datan de hace siglos, están en plena actividad tras la cosecha.

Botellas de vino en una bodega en Mendoza, Argentina.Getty Images

Laguardia, una pintoresca villa medieval situada en la Rioja Alavesa, es un destino que destaca por su rica tradición vinícola y sus numerosos secretos subterráneos. Este encantador pueblo, elegido por National Geographic como el más bonito de España para visitar en noviembre, ofrece una experiencia única a sus visitantes, especialmente durante el otoño.

La historia de Laguardia se remonta a siglos atrás, y sus bodegas subterráneas son testimonio de su larga tradición en la producción de vino. Estas bodegas, algunas de las cuales datan de hace siglos, están en plena actividad tras la cosecha, ofreciendo degustaciones que permiten a los visitantes disfrutar de la rica tradición vinícola de la región. La ubicación de Laguardia en la Rioja Alavesa la convierte en el epicentro de esta tradición, atrayendo a amantes del vino de todo el mundo.

Además de su tradición vinícola, Laguardia alberga una gran cantidad de enclaves turísticos interesantes. Entre ellos se encuentran una muralla, cinco puertas y tres calles principales que invitan a los visitantes a perderse en su historia. La Iglesia de Santa María de los Reyes y la Torre abacial, una torre castillo que hace de campanario, son dos de los monumentos más destacados de la villa. La torre, que sirvió de defensa a la villa, pudo haber pertenecido a un monasterio, como sugieren las figuras religiosas que se pueden ver en sus ventanas.

La calle mayor de Laguardia, que baja hasta el ayuntamiento, tiene una historia curiosa. En el siglo XVI, esta calle también funcionaba como carnicería y cárcel. Hoy en día, en una pequeña plaza que alberga el reloj de carillón, se pueden ver tres autómatas que representan al Cachimorro y dos dantzaris, icónicas figuras del folklore de Laguardia.

Bajo las calles de Laguardia se esconde un estanque de 2.100 años, el más grande de la Edad de Hierro en Europa, que no fue descubierto hasta 1998. Este estanque recogía aguas de un manantial y en sus proximidades se han encontrado indicios de rituales y cultos a las Matres celtibéricas. Este descubrimiento añade un elemento de misterio y fascinación a la ya rica historia de Laguardia.

A pocos minutos en coche del centro de Laguardia se encuentra uno de los dólmenes más grandes y mejor conservados de Álava. Descubierto en 1935, este monumento de piedra está rodeado de mucho misticismo. Compuesto por nueve losas que forman una estructura poligonal, en su interior se encontraron restos de hachas, cerámica, herramientas y joyas que ahora se pueden ver en el Museo de la Sociedad de Amigos de Laguardia. Según los descubridores, este dolmen se construyó a finales del Neolítico, hace unos 5.000 años, y se utilizaba para enterramientos. Conocido como la Chabola de la Hechicera, este monumento forma parte de la ruta de los nueve dólmenes de la Rioja Alavesa y está envuelto en leyendas populares, como la que dice que durante la mañana de San Juan se escuchaba cantar a una mujer que convertía en piedra a los curiosos que se acercaban.

Para llegar a Laguardia desde Zaragoza, se puede tomar la AP-68, un trayecto de aproximadamente dos horas en coche13. Desde Huesca, el viaje dura unas dos horas y 40 minutos por la misma carretera14. Este fácil acceso hace de Laguardia un destino ideal para una escapada de fin de semana, especialmente en otoño, cuando la villa muestra todo su esplendor.

Laguardia no solo ofrece una rica tradición vinícola y una historia fascinante, sino también una experiencia única para aquellos que buscan descubrir los secretos subterráneos de una villa medieval. Con sus bodegas, monumentos históricos y leyendas, Laguardia es un destino que no deja indiferente a nadie.