La región de España que prácticamente se queda sin mosquitos peligrosos gracias a la sequía
Las crías de mosquitos se forman en el agua y, al haber menos agua este año, inesperadamente la sequía nos trae una buena noticia.
Este año, la sequía ha provocado una disminución significativa en la población de mosquitos. En Barcelona, la cantidad se ha reducido casi a la mitad y, según la Agencia de Salud Pública, la mayoría de los focos de cría se encontraron en propiedades privadas. Por esta razón, es crucial la colaboración de los ciudadanos. Es esencial cuidar los jardines y permitir que se realicen tratamientos para evitar su proliferación. Los mosquitos se han convertido en un problema de salud pública debido a las enfermedades que pueden transmitir, como los virus del chikungunya, dengue o Zika.
La escasez de lluvias ha disminuido las fuentes y acumulaciones de agua, reduciendo así los focos de cría de mosquitos. Esto ocurre a pesar de que el aumento de las temperaturas, debido al cambio climático, favorece su reproducción.
No hay que bajar la guardia
Pese a la inesperada buena noticia que da la sequía, no hay que bajar la guardia con respecto a los mosquitos. El Servicio de Vigilancia y Control de Plagas ha identificado 82 áreas de riesgo en Barcelona donde se realizan tareas preventivas. Además, se controla y vigila la posible transmisión de enfermedades por parte de los mosquitos.
El año pasado, la actividad de los mosquitos en las calles de Barcelona disminuyó un 45% en comparación con 2022, y la tendencia es que siga bajando. En propiedades privadas, la colaboración ciudadana es fundamental. Es importante evitar la acumulación de agua en recipientes para que los mosquitos no se reproduzcan, como platos bajo las macetas, desagües, cubos o juguetes.