La RAE aclara cuál es la forma correcta del superlativo de sabio: es probable que lo hayas dicho mal
Su particular formación se debe a que es un adjetivo irregular.
La formación del superlativo de muchos adjetivos es tan sencilla como añadir el sufijo '-ísimo' o '-ísima' a la raíz de la palabra. Bellísima, durísimo o gravísimo son términos a los que se les aplica esta regla para expresar un alto grado de belleza, dureza y gravedad, respectivamente.
No obstante, también son abundantes los adjetivos que forman el superlativo con la inclusión el sufijo '-císimo'. En cuanto a términos usados frecuentemente encontramos jovencísimo o briboncísimo, entre otros muchos ejemplos que dan cuenta de la riqueza de nuestro idioma.
Sin embargo, hay otras palabra que no forman su superlativo únicamente con la inclusión de un sufijo, si no que hay un cambio significativo de su grafía.
El superlativo de sabio
El adjetivo en cuestión es sabio. En este caso, sería una incorrección lingüística incluir los sufijos '-ísimo' o '-císimo' para formar el superlativo sabio. Las construcciones sabísimo o sabiecísimo no están recogidas en el diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE).
Tal y como recoge el Diccionario Panhispánico de Dudas, la forma correcta de verbalizar y escribir el superlativo del adjetivo de 'sabio' es sapientísimo, que deriva del latín sapientissimus.
El motivo de esta construcción se debe a que sabio es un adjetivo irregular, lo que implica que su superlativo se forma a partir de su derivación en latín. Un ejemplo al que también se aplica esta regla es antiquísimo, que proviene de antiguo.