La montaña española vigilada 24 horas al día por satélite

El comportamiento de la naturaleza es incierto, no se puede controlar. Aunque sí se puede vigilar muy de cerca. Y eso es precisamente lo que se está haciendo con la montaña de Casazorrina, en Asturias.

Según El Comercio, la montaña se rebeló contra la A-63, la autovía que estaba terminándose de construir al lado hace 3 años. Su ejecución estaba al 90% y estaba a punto de inaugurarse, pero el terreno se sublevó contra los cálculos que aseguraban que el talud aguantaría: cayeron rocas, hormigón, tierra y árboles. Media montaña se destruyó.

Ahora hay 50 operarios tratando de contener el terreno. Cuentan con un presupuesto de 34 millones de euros para asegurar la zona y reiniciar las obras. Y si antes el talud iba a ser de 70 metros, ahora será de 160 metros sobre el tramo de la autovía.

La cabeza del talud se ha afianzado con un muro atornillado al terreno con anclajes de 36,5 metros. Algunos de ellos están instrumentados y cuentan con capacidad de aportar información en tiempo real de cómo está el monte gracias a 372 sensores hundidos a 36 metros de profundidad: "Los inclinómetros instalados envían una sonda a las profundidades, cada ciertos segundos, para ver si la geometría de las capas de terreno han variado», aseguran especialistas de la Demarcación de Carreteras del Estado en Asturias.

Además, el ordenador instalado en el talud se alimenta gracias a unas placas solares. Con los sensores instalados se obtiene una especie de cardiograma continuo de todo lo que está sucediendo en el interior de la montaña. "Toda esta instrumentación vigila durante la obra y se quedará luego. El objetivo de la Dirección General de Carreteras es tener cada vez más infraestructuras así, monitorizadas", concretan.