La Guardia Civil localiza a los timadores del aceite de oliva maloliente
Las denuncias de los ciudadanos hicieron levantar las sospechas que finalmente fueron confirmadas por los cuerpos de seguridad.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) lanzó una alerta en la que informaba de que se estaban produciendo episodios de estafas con uno de los bienes más preciados del momento: el aceite de oliva.
Según informaron desde la asociación, la situación que atraviesa el oro líquido estaba provocando que algunos estafadores se estuvieran aprovechando para engañar a cientos de personas, haciéndoles pasar un aceite no apto para el consumo humano por aceite de oliva.
Según informaron en el programa de La Sexta, 'Equipo de Investigación', el 'modus operandi' de los delincuentes era hacerse pasar por comerciales que vendían aceite en su furgoneta a los vecinos, siendo este de una marca desconocida a un precio más asequible.
Estas prácticas fueron detectadas por un funcionario del municipio de Miajadas, en la provincia de Cáceres, cuando adquirió seis garrafas de aceite "virgen extra", que finalmente no se correspondía con lo que le habían dicho.
Denuncias desde Extremadura y Andalucía
Este hombre apuntó al color como factor clave para encontrar las diferencias, ya que uno parece aceite de oliva mientras que el otro podría pasar perfectamente por una garrafa de aceite de girasol. Además se le unía un olor muy pestilente, algo que ya fue decisivo para levantar todas las sospechas, no solo en él sino en varios vecinos que se quejaron de lo mismo.
Fue en este momento cuando la Guardia Civil fue alertada de lo ocurrido, ya que comenzaron a llegarle quejas tanto de Extremadura como de Andalucía. Para determinar si se trataba de una estafa -como así parecía- o era simplemente una sospecha, los guardias procedieron a realizar las pruebas pertinentes.
Según informaron para ello se tomaron "tres muestras" que desvelaron lo que ya se podía percibir: no era aceite de oliva virgen extra. Los resultados no dejaban dudas, el aceite vendido consistía en una mezcla de varios aceites de semillas con aceite de orujo que no era apto para el consumo humano. Pese a ello, en la etiqueta se podía leer "AOVE". Fue entonces cuando se elevó una alerta sanitaria y se produjo a la búsqueda de los timadores.