La comunidad india sij en Sedaví, por dentro: así es la agrupación famosa por ayudar en Valencia

La comunidad india sij en Sedaví, por dentro: así es la agrupación famosa por ayudar en Valencia

Amrik se ha convertido en el portavoz de la comunidad, pero en total más de 200 voluntarios de esta religión se han desplazado a Valencia para colaborar. 

Algunos de los voluntarios sijs en Valencia.Imagen cedida por Amrik

Son poco más de las 9 de la mañana del miércoles, el día está gris y todas las miradas se centran en el cielo, desde donde se empiezan a escapar algunas gotas tras la advertencia de la AEMET de una nueva amenaza de lluvia. Una mujer, entonces, llega al puesto de frutas y verduras que tiene la comunidad india sijs en Sedaví (Valencia). Pide un paquete de cebollas, unas patatas y varias verduras que le guardan en una bolsa de plástico. Pregunta el precio para pagar y uno de los integrantes del colectivo rápidamente le dice que nada, que es todo completamente gratuito. 

"No cobramos, durante muchos años nos habéis dado de comer a nosotros y ahora nos toca responder y os tenemos que ayudar. Cuando firmamos en el juzgado la nacionalidad española nos preguntaron si queríamos estar con el estado en tiempos difíciles, así que queremos cumplirlo", le justifica a la señora Amrik Singh, el que ya se ha convertido en el representante más mediático de la comunidad mientras conversa con El HuffPost.

Tal y como resume la Universidad de Cambridge, dentro de esta religión monoteista que se desarrolla fundamentalmente en la India y Pakistán, uno de los mandamientos principales es el del principio del interés desinteresado y la generosidad hacia los demás. Comparten, explica la academia, tiempo, recursos, habilidades, además de posesiones materiales. Por eso, escasos días después de que se produjera la DANA de Valencia, los pueblos más afectados se llenaron de personas procedentes de toda España con largas barbas y turbantes de todos los colores pertenecientes a esta religión.

"Nosotros tenemos una comunidad sijs con unas 200 familias en la zona de Santa Coloma (Girona) y un sitio que es como un centro de la comunidad donde nos juntamos los fines de semana. Ese primer sábado vimos todo lo que había pasado y nos salió ayudar porque tenemos esa mentalidad de colaborar de la forma en la que se pueda", comenta Baljit Singh. 

Él estuvo dos días ayudando en varios municipios golpeados y ahora lo hace desde Santa Coloma: "Unos van presenciales y otros están preparando la comida, comprándola, llevando agua y organizando los camiones que van a diario. Hemos llevado trailers con comida, verdura, agua, productos de limpieza, etc". Como ellos, las comunidades sijs de toda España se han volcado en ayudar a los pueblos afectados hasta el punto de que se han hecho famosos tanto sobre el terreno como en redes sociales.

Amrik, que lleva más de diez días colaborando en toda la zona de Sedaví, Paiporta, Alfafar, Catarroja o Masanasa, explica que son unos 200 voluntarios que desempeñan dos labores fundamentales a lo largo del día: "Nos dividimos en grupos más pequeños y primero limpiamos desde las 6 calles, casas y garajes y luego a partir de las 15:00 repartimos frutas y verduras por los pueblos hasta la noche. Este martes dimos más de tres toneladas de comida".

El local sij de Sedaví, este miércoles tras recibir el primer cargamento de frutas y verduras.Imagen cedida por Amrik

Ellos, además, se tienen que despertar a las 3 ó 4 de la mañana, ya que duermen en sacos de dormir en un templo sij de Valencia o repartidos por casas de personas de la comunidad que hay en la zona y tienen que llegar hasta Sedaví, donde tienen el local social. "Esta era una tienda de un compañero que perdió todo y desde aquí es desde donde nos organizamos", afirma. 

A primera hora y antes de recorrer con palas, escobas y rastrillos las calles y casas de los pueblos a los que van tienen que descargar todos los alimentos que les han llegado en viajes hechos por la noche. 

La organización es clave, ya que mientras algunos se van a limpiar otros voluntarios atienden a los vecinos que se acercan y van haciendo paquetes para repartirlos por las casas por las tardes. "Por ejemplo, este martes nos centramos en limpiar mucho por si llueve que no haya nuevas inundaciones", indica este hombre de 41 años, que lleva 24 viviendo en Llançà (Girona), donde tiene un restaurante indio y dos tiendas que ahora mismo lleva su familia.

Su compañero Prince, otro voluntario que ha llegado desde Barcelona, cerró hace diez días la tienda de telefonía móvil que tiene para ayudar a los vecinos afectados: "Solo pensamos en ayudar y en levantar a esta gente como nos han levantado a nosotros, necesitan comer y vamos a estar el tiempo que haga falta hasta que se solucione todo". Mientras tanto, la propia comunidad le ayuda a él y al resto a no tener tantas pérdidas. 

Amrik, este miércoles en Sedaví.Imagen cedida Amrik

Una frutería constante a domicilio 

Si hay una premisa que tiene que tener clara cualquier voluntario sijs que llega nuevo a colaborar con los que están desplazados esta es que los días van a ser largos y duro. "Ya habrá tiempo para dormir, ahora hay que trabajar", dicen todos los integrantes, equipados con guantes y mascarillas para protegerse. 

Después de más de seis horas limpiando dentro y fuera de los locales y viviendas, los distintos grupos se desplazan por casas de todos los pueblos para repartir fruta y verdura a los vecinos que no pueden ir a buscarla a su local o a comprarla a una tienda.

"Hay municipios donde no han quedado ni fruterías y casi tampoco supermercados, así que lo que hacemos es repartirla nosotros a diario. Vamos por las casas porque hay personas que con las calles así no pueden salir y también entregamos la verdura y la fruta en locales sociales donde van a buscar comida. Estos sitios tienen muchos productos no perecederos, pero no productos frescos como patatas, berenjenas, brócolis, zanahorias, ajos, etc. Hay gente que nos dice que llevan días sin probar una patata o comer una cebolla", cuenta Amrik, mientras enseña todas las cajas que tienen apiladas en el local de Sedaví.

De hecho, explica este hombre que hasta lo hacen por encargo, ya que tras casi dos semanas se saben direcciones de vecinos que incluso les piden con mensajes al móvil los productos. "Si no podemos llevarlo en el día, nos intentamos coordinar para ir al día siguiente", señala Amrik, que al igual que el resto de sus compañeros es vegetariano.

Otra perspectiva del local sij de Sedaví.Imagen cedida por Amrik

Cada día, revela, se sorprende con las cantidades de alimentos que les llegan de todos los puntos de España: "Hubo un día que nos preocupamos de verdad porque había poca verdura hasta pensar en que había que repartir menos cantidad, pero al día siguiente volvimos a tener todo lleno". 

Además y al ser preguntado por una estimación del dinero que han podido invertir, confiesa no tener ni idea. "No sabemos lo que gastamos, creo que es imposible de calcular. Ayer vaciamos todo, hoy han llegado todas estas cajas y mañana tendremos otro cargamento más como este y así cada día, es imposible de calcular", añade. 

Los productos los compran integrantes de la comunidad sij en tiendas de toda España y los traen a Valencia en camiones que consiguen o en vehículos particulares. "Yo trabajo en una empresa de transporte y nos dejaron un tráiler para llevar las cosas desde la zona de Santa Coloma", aporta Baljit.

"Dicen que recaudamos dinero para nosotros y no es así"

Amrik nunca pudo imaginar que una tragedia le iba a hacer famoso en España. Sin embargo, Sergio Nava, un joven usuario de TikTok, grabó el mensaje que transmitió mientras caminaban por una de las calles con la ropa llena de barro y las palas y escobas en la mano.

"Este país nos ha dado de comer, nosotros no queremos ayudar, es que es nuestro trabajo. No solo estamos para papeles y para ganar dinero, también en lo malo. Hemos cerrado los negocios en toda España y no vamos a abrirlos hasta que esté limpio", decía al unísono de los aplausos de la gente que estaba ahí.

Desde entonces, su cuenta no ha dejado de ganar adeptos y él la está utilizando para que la gente colabore con ellos: "TikTok me están haciendo una gran labor porque es una plataforma para poder trabajar mejor. Toda la comunidad sij de España está viniendo y nos está dando comida. El lunes vino gente de Benidorm, que tenían un restaurante y me llamaron para ver qué necesitaban, les comenté que verdura y me la trajeron. De Murcia igual, de Valencia también, de Olot, de Girona, de Galicia... Lo compran ellos y lo traen, yo no lo sé hasta que llegan". 

Amrik destaca que hasta se ha puesto en contacto con él desde París o Roma para enviar camiones con más suministros. 

Además, también tiene que luchar contra los bulos que se extienden y que dicen que están haciendo todo esto para ganar dinero: "Todo eso que están diciendo es falso. No pido recaudación de dinero, no tenemos cuenta bancaria para que nos den dinero ni nada, solo queremos que si alguien quiere ayudar con nosotros que nos manden verdura o nos hagan compras y las lleven a sus comunidades". 

"Los coches son de voluntarios, la gasolina igual, dormimos en los templos o donde sea, están diciendo que estamos recaudando dinero para nosotros y no es así", se reafirma. 

Insiste en que lo verdaderamente importante es que "la población valenciana no se sienta sola, que sienta que estamos todos con ellos ayudándoles". "Ese es mi mensaje y por eso publico los vídeos, porque así me traen camiones y coches cargados de verdura y frutas, voluntarios, etc", finaliza Amrik, que reitera en que permanecerán ayudando hasta que hayan vuelto a una normalidad preDANA.

Titania
Titania
Santander

 

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Alfredo Pascual es redactor de Virales en El HuffPost en Madrid. Escribe sobre noticias de televisión, política, redes sociales, deporte, etc. Estudió periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y un máster en Periodismo de investigación, datos y visualización en la UNIR. Antes de entrar en El HuffPost estuvo en la Cadena Ser y en el Heraldo de Aragón. Puedes contactar con él en alfredo.pascual@huffpost.es