La ciudad más pequeña de España se prepara para celebrar en junio una de las fiestas más antiguas del país

La ciudad más pequeña de España se prepara para celebrar en junio una de las fiestas más antiguas del país

Es un homenaje viviente a la resistencia y el espíritu independiente de sus ciudadanos.

Frías

En el corazón de Las Merindades, Burgos, se erige Frías, una ciudad que desafía su pequeño tamaño con una historia monumental. Con una población que apenas supera los 300 habitantes, Frías ostenta el título de la ciudad más pequeña de España, un lugar donde cada piedra y cada callejón respiran el legado de un pasado glorioso.

La ciudad de Frías no es solo conocida por su reducido tamaño, sino también por ser anfitriona de una de las celebraciones más antiguas y emblemáticas del país: las Fiestas del Capitán. Este evento, que tiene lugar cada 24 y 25 de junio, es un homenaje viviente a la resistencia y el espíritu independiente de sus ciudadanos, que se remonta al siglo XV.

La historia nos lleva al año 1450, cuando Frías, recién nombrada ciudad por el rey Juan II de Castilla, se enfrentó a las tropas del segundo Conde de Haro. Este noble buscaba tomar control de la ciudad a cambio de Peñafiel, pero se encontró con la férrea oposición de los fredenses. A pesar de que la rebelión no tuvo éxito y el Conde de Haro impuso su voluntad tras un breve asedio, el espíritu de resistencia de Frías nunca se apagó.

Hoy, la Fiesta del Capitán es una explosión de júbilo y tradición. Durante estos días, los habitantes de Frías eligen a un capitán que, bandera en mano, recorre las calles acompañado de danzantes. La ciudad se transforma en un colorido pasacalles que alcanza su apogeo el domingo 25 de junio. Tras la misa, los vecinos, ataviados con vestimentas de época, participan en comitivas y el baile de la Jota de San Juan toma protagonismo. En este baile, el capitán busca a su capitana y juntos rinden homenaje a aquellos que resistieron el asedio, simbolizando el reparto de víveres que siguió a la victoria del Conde de Haro.

Más allá de las festividades, Frías es un destino que merece ser descubierto en cualquier época del año. Miembro de la asociación de Los pueblos más bonitos de España, su conjunto medieval ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico. La iglesia de San Vicente Mártir se alza majestuosa entre las casas colgadas, que parecen desafiar la gravedad desde el exterior. El castillo de los Velasco y los restos de la muralla que una vez protegió la ciudad son testigos mudos de su rica historia.

No podemos olvidar el palacio de los Salazar, actual oficina de Turismo, ni los vestigios de la calzada romana que aún perduran en el centro de Frías. El puente medieval románico, fortificado en el siglo XIV con una torre defensiva, sigue en pie, desafiando el paso del tiempo y recordándonos la importancia de preservar nuestro patrimonio.

Frías, con su encanto medieval y su vibrante historia, invita a ser explorada, a sumergirse en sus tradiciones y a celebrar la tenacidad de un pueblo que, a pesar de su tamaño, ha sabido mantenerse grande en espíritu y riqueza cultural.