La capital del vino español impone la ley seca
Desde el consistorio se ha impulsado una modificación en la Ordenanza de Protección del Medio Ambiente contra la Emisión de Ruidos y Vibraciones con el fin de evitar el malestar generado en los vecinos.
Logroño se blinda ante los ruidos nocturnos. Tras unos meses en los que desde el Ayuntamiento de la capital riojana se ha intentado poner freno a los constantes alborotos que se producen durante las noches en muchas de las vías públicas de la localidad, finalmente el consistorio ha decidido perseguir ciertas prácticas que favorecen este tipo de prácticas.
Así, el Ayuntamiento de Logroño ha anunciado que queda totalmente prohibido consumir cualquier tipo de bebida en la vía pública entre las 12 de la noche y las 8 de la mañana con una única excepción: los establecimientos que cuenten con licencia y permiso para poder servir bebidas pasada la medianoche.
Según informó Íñigo López-Araquistáin, concejal de Arquitectura y Patrimonio Histórico, se trata de una "instrucción que se lleva trabajando desde hace varias semanas tras haber mantenido contacto con los colectivos vecinales".
En este sentido, el edil ha destacado que la única excepción con la que contará el municipio se dará en las calles Laurel, San Agustín y San Juan, según indican, por "motivos tradicionales de tapeo y chiquiteo".
Pese a ello, López-Araquistán señaló que "se debe regular el horario pese al interés enogastronómico y el interés turístico regional de la zona". Esta modificación en la normativa tendrá que ser validada y apoyada en pleno ordinario durante el mes de julio.
Esta decisión se produce después de que se produjeran muchas quejas por parte de la Plataforma vecinal Demanda Casco Antiguo respecto a la contaminación acústica generada en las calles del Casco Antiguo de Logroño, por lo que se ha optado por cambiar la Ordenanza de Protección del Medio Ambiente contra la Emisión de Ruidos y Vibraciones.