Hipocondría digital: la enfermedad sobre las enfermedades se dispara
Más del 40% de los españoles realizan búsquedas de información sobre su estado de salud en internet y una gran parte de ellos les da credibilidad, según un estudio.
La hipocondría, esa actitud que lleva a muchas personas a tener una gran preocupación sobre acabar padeciendo una enfermedad grave, siempre ha existido a lo largo del tiempo. Prueba de ello es el origen griego del término, pero lo cierto es que esa necesidad imperiosa de someterse a autoanálisis de síntomas, impulsada por el miedo o el temor, ha ido cambiando con el paso del tiempo y el progreso tecnológico. En el siglo XXI, ya podemos hablar de la hipocondría digital.
Primero ocurrió con la 'democratización' del acceso a internet en la mayoría de los ciudadanos y aumentó en gran medida después con la aparición y proliferación de los smartphone, que permiten acceder desde cualquier rincón a la red. A día de hoy, si una persona se encuentra con malestar ya es habitual que acuda a la barra de búsqueda de Google tratando de hallar respuestas. Pero el problema está, precisamente, en de dónde salen esas respuestas.
Según los datos contenidos en el V Estudio de Salud y Vida que elabora la aseguradora AEGON, más del 40% de españoles y españolas recurren a la barra de búsqueda de Google para consultar información sobre una dolencia o tras sentirse mal para ver a qué responden los síntomas.
A priori, esto no debería suponer un problema, como tener acceso a cualquier otra fuente de información. No obstante, dentro de ese análisis se halla otro dato verdaderamente preocupante. El 40% de los encuestados afirmaron que sí dan credibilidad a lo hallado en la red. Es decir, por su propia cuenta, sin contrastar la fuente y sin supervisión de un profesional sanitario.
El perfil del hipocondríaco digital
Según el informe de AEGON, el perfil que más tira de esta práctica y la utiliza con argumento para automedicarse, es el de las mujeres, con un parco 50,7%. En el caso masculino, más del 42,3% eran hombres que acudieron a internet para consultar sus síntomas.
Por edades, las cohortes de edad que más recurren a este sistema son jóvenes de entre 15 y 20 años y entre 26 y 40 años. Los que menos son los mayores de 65 años.