El 'hielo inflamable' de China causa temor
La alternativa para sustituir el petróleo y el carbón preocupa por sus altos costes medioambientales.
En los últimos años, China ha liderado los esfuerzos internacionales por extraer y producir hidratos de metano, también conocidos como 'hielo inflamable', una fuente de energía que se presenta como alternativas al petróleo o al carbón. Sin embargo, este avance no está exento de preocupaciones por su impacto ambiental y riesgos asociados.
El hidrato de metano es un compuesto cristalino que contiene moléculas de metano atrapadas en su estructura. Se forma en condiciones específicas de baja temperatura y alta presión, principalmente en el lecho marino y en el permafrost del Ártico. Los expertos apuntan que los depósitos de hidratos de metano podrían almacenar más energía que todas las reservas conocidas de petróleo, carbón y gas existentes en la Tierra.
China ha logrado importantes avances en su extracción, marcándose el objetivo de alcanzar la producción comercial de este recurso para el año 2030. No obstante, esta carrera por aprovechar el 'hielo inflamable' ha causado temor en la comunidad internacional. El principal motivo, su potencial impacto ambiental y climático.
El metano es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono, por lo que una fuga descontrolada podría acelerar el cambio climático. Existe el riesgo de que se produzcan escapes de metano a la atmósfera o al océano durante las operaciones de extracción, lo que contribuiría al calentamiento global y al aumento de las temperaturas globales.
Además, la extracción de hidratos de metano puede generar desafíos técnicos y riesgos para la estabilidad del lecho marino. La perturbación de las condiciones naturales en el lecho marino podría provocar deslizamientos submarinos y desencadenar tsunamis, según apunta La República.
Ante estos temores, los críticos han instado a una mayor precaución y a un enfoque más cauteloso en la explotación de los hidratos de metano. Argumentan que es necesario evaluar cuidadosamente los impactos ambientales y llevar a cabo investigaciones exhaustivas antes de proceder a una explotación a gran escala.