El mejor gladiador del Imperio Romano fue hispano y se le ofreció un honor mayor que en 'Gladiator'

El mejor gladiador del Imperio Romano fue hispano y se le ofreció un honor mayor que en 'Gladiator'

Aprovechando el estreno de la película 'Gladiator II', te contamos la historia del gladiador hispano Borea.

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Este fin de semana los fans de la Antigua Roma están de enhorabuena con el estreno de 'Gladiator II', la esperada secuela de la historia de Maximus. Regresa Ridley Scott en la dirección y contamos con un reparto totalmente nuevo para contar la historia de Lucius: Paul Mescal, Denzel Washington, Connie Nielsen, Pedro Pascal... Aunque la película está cosechando buenas críticas, nos da algo de pena que Scott haya desaprovechado la oportunidad de adaptar las aventuras del mejor gladiador, proviniente de la Península Ibérica.

Borea, así se llama el destacado gladiador hispano que ha sido reconocido como el más insigne del Imperio Romano en toda su historia. Su legado de grandeza perdura hasta nuestros días gracias a una tésera exhibida en el Museo Arqueológico Nacional. Esta tésera, elaborada en bronce, material de alta distinción para su confección, constituye una pieza única entre las 107 que han llegado hasta nuestros días.

En tiempos antiguos, las téseras tenían diversos usos, desde servir como contraseña hasta funcionar como un símbolo de honor, un compromiso sellado o un símbolo de amistad para garantizar derechos reconocidos, acuerdos o permisos de diversos tipos, como el pastoreo o la celebración de contratos. Además, estas placas solían entregarse a los gladiadores que habían alcanzado la libertad tras una destacada carrera en la arena, demostrando haber superado todas las enseñanzas de sus maestros. Normalmente elaboradas en materiales como hueso o madera, estas téseras concedían a los liberados acceso privilegiado al anfiteatro, otorgándoles un lugar de honor entre el público. Este fue el caso de Borea, quien disfrutaba de este privilegio en las gradas del anfiteatro de Ilipula, ubicado en la actual ciudad de Niebla, en la provincia de Huelva.

Gracias a la tésera, única en su clase al ser confeccionada con el material más distinguido disponible, entregada por un lanista originario de la actual localidad ourensana de Xinzo de Limia llamado Celer, posiblemente en el año 64 d.C., se ha podido reconstruir parte del pasado de Borea. Se sabe que este valiente gladiador era natural de una localidad cercana a la actual La Bañeza, en la provincia de León, y que desarrolló su carrera en la arena durante el reinado del Emperador Nerón.

En los juegos de la Antigua Roma, conocidos como Ludi, Borea desempeñaba el papel de provocator, término que en latín significa "provocador". Este tipo de gladiador solía inaugurar las tardes de combate en los anfiteatros, reconocibles por su casco de doble visera, escudo rectangular alargado similar al de los legionarios romanos y una espada corta, además de contar con protecciones en el pecho, piernas y brazos, así como un amplio cinturón metálico.

El nombre de Borea proporciona indicios sobre su estilo de lucha, probablemente caracterizado por su velocidad y agilidad. "Bóreas" es el nombre del viento del norte en latín, mientras que en asturleonés "Boria" significa "niebla" y "Boriada", "tormenta repentina". La combinación de estas palabras sugiere la posibilidad de que su nombre refleje la idea de "aquel que emerge de la niebla y golpea repentinamente".

En cualquier caso, Borea se retiró de la arena dejando un legado como uno de los más destacados gladiadores romanos de todos los tiempos. El espectáculo de los combates de gladiadores fue abolido en el siglo V debido a las prohibiciones de Teodosio y Honorio, marcando el fin de una era en la historia romana.