Estos son los países que también utilizan la 'Ñ'
La letra solo existe en español, pero en otros idiomas el sonido es el mismo, aunque se represente de forma diferente.
A pesar de que el español es la única lengua en el mundo que tiene la letra 'ñ' dentro de su vocabulario, la realidad es que el sonido se tiene en muchas de otras lenguas romances, aunque su representación sea de forma diferente.
Así lo ha afirmado el profesor titular y directora del Departamento de Filología Moderna de la Universidad de Castilla-La Mancha, Esther Nieto, a Fernando de Haro, el codirector de 'La Tarde' de COPE, para responder a la cuestión de por qué la letra 'ñ' ya aparecía en la gramática de Nebrija, de 1492, referente para lo que después se conoció como la lengua castellana.
Así, la gramática de Nebrija es la primera que recoge la letra 'ñ' en el citado año, y es que "Alfonso XII, en el siglo XIII, ya había hecho una gran labor de fijación de esta letra", ha reconocido Nieto, haciendo hincapié que realizó varios trabajos literarios para designar un carácter normativo al castellano, si bien adoptó la 'ñ' para marcar este sonido, algo que, cuando llega a Nebrija, ya había realizado en sus escritos de forma sistemática.
Nacimiento de la 'ñ' y adaptación en otros idiomas
El latín no tiene letra 'ñ'. De acuerdo a Esther Nieto, entender su nacimiento implica comprender la distinción entre la 'ñ' como sonido y grafía. En lo que respecta al sonido, existe en la mayoría de las letras romances, mientras que como grafía es exclusiva del castellano y del hispanismo. Así, en italiano, el sonido de esta letra se escribe 'gn', al igual que en francés; en portugués, 'nh'; y en catalán, 'ny'.
En lo que respecta a la escritura, la virgulilla, el 'bigote' de la 'ñ', se escribe en castellano por una adaptación del latín. Por ejemplo, en italiana 'gn' representa la sonoridad de la 'ñ'. Por su parte, en español, según la profesora de la UCLM, ha argumentado que los copistas de la Edad Media intentaron adaptar esta letra que no se corresponde con el alfabeto.
De esta forma, recurrían a la etimología. Un ejemplo clásico es el de 'annus', año, por lo que en castellano, "la grafía que se va a estabilizar al final va a proceder del contexto, de la doble 'n', y cuando se encuentran con ella, por simple economía, así como evolucionan las lenguas", ha sostenido Nieto.
Por ello, esta adaptación tuvo como objetivo economizar el tiempo de escritura. No obstante, a pesar de que en 1492, ya se contemplaba en la gramática de Nebrija, no fue hasta 1803 cuando se le reconoció como letra independiente en el diccionario de la Real Academia de ese mismo año.