Esto es lo que hace la Guardia Civil con las setas recogidas ilegalmente
La decisión depende de si se puede identificar su origen o no.
Una vez llega el otoño, comienza la temporada de setas en nuestro país. Muchos aficionados a la micología ponen rumbo a los pinares para recoger estos hongos. Pero no todos lo hacen de forma legal y hay quienes tienen que entregar sus cestas a la Guardia Civil.
Los agentes medioambientales no solo vigilan los montes para sancionar a quienes incumplen las normas de recolección de setas, sino que también vigilan las carreteras. Las patrullas de la Guardia Civil ponen controles para registrar los vehículos sospechosos de haber cogido hongos sin licencia.
Y cuando esto sucede, los agentes tienen que decomisar la cesta. Pero, ¿qué hacen con ellos después? Hay dos opciones: venderlos o destruirlos.
Venta o destrucción
Lo primero que hace la Guardia Civil después de aprehender setas recogidas ilegalmente es entregárselos a expertos sanitarios para que puedan comprobar si son aptas para el consumo. Si dan el visto bueno, las setas entrarán al mercado y serán comercializadas.
De este modo, el dinero que se obtenga de la venta de estos hongos ilegales se entregará al propietario del monte en el que se haya recogido.
Sin embargo, si no se puede garantizar su consumo, deben destruirse. Suele suceder cuando no se puede identificar la procedencia de los hongos al haber sido decomisados por una persona que carece de los permisos oportunos.
Aunque hay un pero. Si se consigue conocer cuál es el origen de las setas que han sido requisadas, se entregará al dueño del monte o pinar en el que se ha producido la recolecta.