Este es el templo más antiguo del mundo
Su descubrimiento removió lo que sabíamos de la historia humana.
Situado en la provincia de Sanliurfa, en el suroeste de Turquía, se encuentra Göbekli Tepe, uno de los descubrimientos más importantes sobre el neolítico, el último de los periodos de la Edad de Piedra y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2018.
El descubrimiento de este impresionante yacimiento de 10 000 años de antigüedad fue hallado de forma casual por un agricultor en 1963. Aunque no es hasta el año 1994 cuando el arqueólogo alemán Klaus Schmidt se hace cargo de las excavaciones
Construido en la cima de una montaña rocosa, sin agua y sin evidencias de cultivos agrícolas, para Klaus Schmidt era un santuario utilizado por nómadas cazadores-recolectores para el culto religioso. Hasta que las obras comenzaron no se tuvo constancia de la grandiosidad del lugar, pero los estudios no dejan dudas de la antigüedad del complejo, que puede haber llegado hasta el Mesolítico. Su antigüedad se sitúa en el décimo milenio a. C., entre los años 9600 y 8200 a. C. Se entiende mejor cuando tenemos en cuenta que es 6.600 años anterior a Stonehenge, en Inglaterra, 7.100 años previo a las pirámides de Egipto y 6.100 más antiguo que los templos de Ggantija, en Malta.
A lo largo de los años, las excavaciones han ido sacando a la luz diferentes estructuras circulares de piedra en las que en el centro de cada una de ellas destacan dos grandes monolitos en forma de T, de entre 10 y 15 toneladas cada uno y unos 5,5 metros de altura. Obeliscos que parecen haber sido moldeados para semejar humanos, que podrían ser sacerdotes o dioses antropomorfos, como dan a entender las tallas de manos, brazos e incluso ropa que perduran en la piedra.
Pero igualmente sorprendentes son las diversas figuras en relieve de animales y plantas que muestran sus bases, excepcionalmente bien conservadas, y que son consideradas los primeros ejemplos de escultura del mundo. Entre ellas se pueden distinguir figuras de jabalíes, bueyes salvajes, burros, carneros, gacelas, grullas, cigüeñas, ibis, serpientes, zorros, patos y gatos. Todo ello tallado con sílex, pues hablamos de una época en la que aún no se utilizaban herramientas metálicas. Y, aunque aún no se sabe muy bien ni cómo ni por qué, se cree que estos complejos fueron deliberadamente enterrados con toneladas de tierra unos mil años después de su construcción, lo que ha permitido que hoy reluzcan prácticamente intactos.
De momento, el sitio arqueológico de Göbekli Tepe se extiende sobre un área de unos 300 metros de ancho. La primera de las estructuras fue encontrada en 1995 y hasta su muerte en 2014, el Dr. Schmidt pudo descubrir cuatro de estas estructuras construidas una encima de la otra en un período de tiempo que supera los mil años. Pero las prospecciones geofísicas han mostrado que el yacimiento puede alcanzar una extensión de 90.000 metros cuadrados y que aún quedan sepultadas otras 15 estructuras, entre las que podría haber construcciones más antiguas que las cuatro excavadas hasta la fecha. Actualmente hay un pequeño centro de visitantes en el sitio donde aún continúan las excavaciones dirigidas por el director del Museo Şanlıurfa, Müslüm Ercan, y Lee Clare, del Instituto Arqueológico Alemán.
El hecho de que estos pueblos nómadas pudieran ser capaces de construir un sitio tan complejo hace más de 10.000 años cambia totalmente el concepto que teníamos del comienzo de nuestra civilización.