Este fue el corsario español más famoso de la historia: dominaba la ruta entre Cádiz y el Caribe

Este fue el corsario español más famoso de la historia: dominaba la ruta entre Cádiz y el Caribe

Cuenta la leyenda que escondió un gran tesoro en la isla que aún no ha sido encontrado

  El corsario Amaro Pargo. Ayuntamiento de La Lagun

vCuando pensamos en piratas nos los imaginamos tuertos, con un parche en un ojo, una pata de palo, un loro en el hombro y bebiendo una botella de ron al lado de un tesoro en una playa tropical. Pero la realidad es muy diferente.

Una de las variedades de la piratería era la llamada “patente de Corso”. Los Corsarios no eran simplemente piratas. Si no que estaban autorizados por su país a realizar actos de piratería contra territorios, propiedades o buques de las naciones con las que estaban en guerra. En España el más famoso fue el canario Amaro Pargo.

Amaro Pargo, el corsario español en la edad de oro de la piratería

Uno de los cosarios españoles más temidos del siglo XVIII fue Amaro Rodríguez-Felipe y Tejera-Machado, Amaro Pargo. Nacido en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife) el 3 de mayo de 1678.

Se le conocía como Amaro Pargo por su habilidad por moverse en el mar como el pez del mismo nombre. 

Con tan sólo 21 años el rey Felipe V le nombraría Capitán de Mar, pasando a prestar sus servicios en la Compañía de Honduras, empleo en el que adquirió una sólida formación marinera y financiera; de manera que, con el tiempo llegaría a ser propietario de una gran flota.

Se convirtió en un comerciante dedicado a la compra venta de productos de los puertos que visitaba. Vendía malvasía y aguardiente de sus propiedades en Tenerife a los puertos americanos. Allí compraba cacao, telas, tabaco que los vendía en puertos europeos, sin olvidar que su mayor beneficio lo sacaba de la venta de esclavos.

Como la posesión de grandes riquezas llevaba implícita la búsqueda del reconocimiento social, Amaro Pargo decidió dar lustre a sus apellidos, siendo declarado por el Rey, Caballero Hijodalgo el 25 de enero de 1725, Señor de Soga y Cuchillo, y la certificación de Nobleza y Armas el 9 de enero de 1727, creando Mayorazgo y escudo de armas (un guerrero saliente con armadura, puñales y cañones y una calavera con dos tibias cruzadas, guiñando el ojo derecho y el izquierdo abierto).

Era un hombre muy religioso y tenía una guía espiritual, sor María de Jesús de León y Delgado “La siervita”, religiosa del convento de Santa Catalina de La Laguna. Cuando murió en 1731 Amaro Pargo pagó todos los gastos de su entierro y un lujoso sarcófago. Pero, tres años después del fallecimiento de la monja, cuando solicitó exhumar su cadáver, observaron que su cuerpo estaba entero, con todo su pelo en la cabeza y su color sonrosado. Dicho sarcófago se abre cada 15 de febrero para que los devotos puedan contemplar y venerar el cuerpo incorrupto de Sor María de Jesús.

Amaro murió en 1747 siendo enterrado en el Convento de Santo Domingo de Guzmán de la localidad, donde hoy se puede ver su sepultura en la que está grabada una calavera guiñando el ojo derecho, con dos tibias cruzadas.

Su testamento estaba compuesto por un conjunto de libros y en uno de ellos contenía la relación del tesoro, marcado con la letra D, el cual no ha sido localizado. Por ello su casa en Machado ha sido saqueda durante siglos por los buscadores de tesoros, sin éxito.

En 2013 un equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Madrid exhumó sus restos para realizar pruebas de ADN y una reconstrucción de su rostro. Los trabajos fueron financiados por la empresa de videojuegos Ubisoft, para el lanzamiento de Assassin’s Creed IV, y levantarle un busto en La Laguna.