Encuentran las primeras representaciones humanas de Tarteso
Investigadores del CSIC han hallado en Badajoz los restos de cinco relieves antropomorfos del siglo V antes de Cristo.
Las investigaciones llevadas a cabo en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo (Badajoz) han sacado a la luz los restos de cinco relieves antropomorfos que datan del siglo V antes de Cristo. Se trata de los primeros encontrados pertenecientes a esta civilización prerromana que ocupó el suroeste de la Península Ibérica entre los siglos VIII y IV a.C.
Lo más llamativo de este hallazgo es que las representaciones se corresponden con rostros humanos, lo que supone un cambio de paradigma en la interpretación de la cultura tartésica. Hasta ahora se consideraba anicónica por representar la divinidad a través de piedras sagradas y de motivos animales o vegetales.
Del conjunto recuperado hasta la fecha, dos de los relieves figurados se encuentran casi completos y corresponden a figuras femeninas adornadas con pendientes o arracadas que representan piezas típicas de la orfebrería tartésica, según ha informado el equipo de investigadores dirigido por Esther Rodríguez González y Sebastián Celestino Pérez.
Junto a las esas figuras femeninas que han hallado el equipo del Instituto de Arqueología, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Junta de Extremadura, se han recuperado también otros fragmentos de relieves pertenecientes, al menos, a otros tres individuos. Uno de ellos se ha identificado como un guerrero al conservarse parte del casco.
Celestino ha informado de que los siguientes pasos serán restaurarlas, consolidarlas y limpiarlas. Además, la Escuela de Ingenieros de Almadén va a analizar la procedencia de los materiales empleados para determinar la procedencia de los materiales y saber si la piedra viene o no de fuera de la península.
"Seguramente estas figuras cuentan una historia, pero no la podemos reconstruir aún", ha explicado Celestino durante la rueda de prensa que se ha ofrecido a los medios. Y ha avanzado que podrían conservar algún pigmento, aunque las piezas están aún en grado incipiente tras su hallazgo.
En cuanto al significado del hallazgo, Rodríguez ha explicado que "en cierto modo cambia la lectura que desde la historia del arte se había realizado sobre la cultura tartésica". "Por primera vez le ponemos un rostro idealizado y ya sabemos cómo llevaban sus joyas. Eso nos permite interpretar el uso de su orfebrería o qué personajes la portaban", ha añadido.