El juego favorito en España es de los ochenta
Modernidad y nostalgia, todo en uno.
Qué niño de hace unos años no ha fantaseado con jugar al mítico Scalextric. El juego de coches radiodirigidos en circuitos revirados llenó millones de casas... y donde no pudo llegar no dejó de ser una ilusión.
Cosa de niños y no tanto, porque son multitud los adultos que, en aquellos años o tiempo después, han disfrutado de la vertiginosa velocidad de estos pequeños bólidos metidos entre raíles.
Pero el Scalextric no es algo del pasado, por años que tenga. Aún hoy es un objeto codiciado en infinidad de cartas a los Reyes Magos o de encargos a Papá Noel.
Los más clásicos también tienen su oportunidad, tirando de intenet. En páginas como Todocolección se venden modelos históricos que, por su precio, son todo un objeto de coleccionista.