El infierno para cobrar 134 millones de participaciones de la Lotería de Navidad
Denuncian que tras más de dos semanas, aún no han visto ni un euro del premio.
El 22 de diciembre de cada año es, para los afortunados ganadores de algún premio en la Lotería de Navidad, uno de los días más felices e inolvidables de sus vidas. Sin embargo, para la protectora de animales Gatocan y la asocación de Amas de Casa, ambas en A Coruña, el inicio de 2024 se está convirtiendo en una pesadilla porque, diecisiete días después del sorteo, siguen sin poder cobrar los 134 millones que les corresponden por haber repartido las participaciones con el número 58303, el segundo premio de este año.
Entre ambas entidades, se repartieron participaciones entre socios y colaboradores, sumando un total de 134,1 millones de euros. Sin embargo, la espera se ha convertido en una frustración creciente, ya que el dinero aún no ha llegado a sus cuentas. Beatriz Martín, fundadora de Gatocan, ha expresado en La Voz de Galicia su enfado por no poder cobrar los 900 décimos en los que habían invertido en 18.000 euros y situar a entidad en un limbo financiero, incapaz de distribuir los 112,5 millones que corresponden a sus beneficiarios.
La incertidumbre se agrava al descubrir que el banco intermediario, el BBVA, encargado de gestionar los pagos de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae), no ha facilitado los fondos necesarios para hacer efectivo el premio. Una demora que no comprende Martín, que cuestiona la falta de respuestas claras por parte de la entidad bancaria. Algo que le ha llevado a tomar acciones más drásticas: un requerimiento notarial para el pago inmediato y, en caso de no recibir respuesta, iniciar acciones legales.
La presidenta de Gatocan señala la incoherencia de la situación, cuestionando la capacidad del banco colaborador de Selae para afrontar un pago de tal magnitud. Mientras tanto, la administración de lotería que vendió los décimos celebra la fortuna que salió de sus manos, mientras los verdaderos beneficiarios luchan por acceder a lo que les corresponde.