El embalse que oculta un gigantesco tesoro megalítico se llena a velocidad de vértigo
Ha aumentado más de seis hectómetros cúbicos en apenas dos días.
El embalse que oculta el "Stonehenge" español, un preciado monumento megalítico, se está llenando a un ritmo vertiginoso. En dos días ha crecido más de seis hectómetros cúbicos (hm3) y ha seguido aumentando en las últimas horas.
El portal Embalses.net, que publica los datos de varios embalses españoles, revela que, el pasado 4 de noviembre, el embalse de Valdecañas tenía 768 hectómetros cúbicos de agua, lo que equivalía a un 53,11% de su capacidad total (1.446 hm3). La cifra alcanzaba los 788.09 hm3 el 6 de noviembre a las 04:00 horas, una subida de 6,18 hm3 con frente a los dos días anteriores.
A lo largo de esa jornada, el agua no paraba de subir, hasta llegar a los 792.45 hm3 a las 22:00 horas. Y la tendencia ha seguido ascendiendo durante este jueves, 7 de noviembre. De los 795,16 hm3 que había esta madrugada a las 04:00 se ha pasado a 796,33 hm3 a las 11:00 horas, el último registro del que se tiene constancia.
Se trata de una subida considerable, aunque aún está lejos de alcanzar los 947 hm3 de agua que presentaba el embalse durante la misma semana de 2023, encontrándose de esta forma al 65,50% de su capacidad.
El gran tesoro oculto bajo sus aguas
El pantano de Valdecañas, enclavado en el río Tajo, en la provincia de Cáceres, oculta debajo del agua un gran monumento megalítico de 5.000 años de antigüedad, considerado como el "Stonehenge" español, que deja al descubierto cuando se seca.
Según cuenta National Geographic, el monumento fue descubierto en 1925 por el alemán Hugo Obermaier, capellán de la casa de Alba y gran aficionado a la arqueología. Se encontraba pasando unos días en la finca de Guadalperal cuando vio un grupo de piedras medio enterradas. Atraído por la curiosidad, excavó en el lugar durante años hasta que las desenterró por completo.
Así descubrió que se trataba de un dolmen o conjunto megalítico funerario de 4.000 o 5.000 años de antigüedad. Las piedras se mantuvieron en el lugar, pero los objetos que se encontraban también allí fueron trasladados a Berlín.
Durante 40 años, este dolmen permaneció en la superficie, a la vista de todos, pero quedó sumergido por las aguas del Tajo cuando el embalse de Valdecañas se construyó en 1963. Desde ese momento, aunque se pudo observar parcialmente en alguna ocasión, no volvió a ser completamente visible hasta el verano de 2022, cuando una sequía dejó al embalse al 21% de su capacidad.
Raíces de Peraleda ha solicitado en varias ocasiones trasladar el dolmen para salvarlo, pero el Ministerio de Cultura y la Junta de Extremadura han rechazado esta opción porque consideran que moverlo lo dañaría gravemente. En su lugar, plantea llevar a cabo "actuaciones de emergencia para documentar el yacimiento y proceder a su protección, estabilización y consolidación".