El caracol con armadura de hierro, que vive en volcanes y no necesita comer
Las bacterias de su interior captan el azufre y realizan una quimiosíntesis.
De los animales que mejor se adaptan a cualquier territorio hostil hay que incluir en la lista al caracol volcánico, al que los científicos bautizaron como Chrysomallon squamiferum. Para observar a este asombroso animal habría que ir hasta las regiones volcánicas submarinas, el lugar donde habita.
Este gasterópodo acuático llama la atención por tener el pie cubierto por quitinosos imbricados que forman una armadura escamosa en el exterior, lo que le hace implacable contra sus depredadores, según Ecología Verde.
Lo más fascinante es la capacidad de este animal de formar su estructura exoesquelética con hierro. Su caparazón y su pie se compone de sulfuro de hierro. Además, esto es solo la primera de las tres capas de las que se compone su cubierta. La segunda capa está compuesta de un material orgánico que hace de amortiguador y la tercera está construida a base de calcio.
Este caracol en su interior es de color carmesí y por fuera predomina el color de la obsidiana, una piedra volcánica en la que predomina el negro. Por otro lado, el tamaño que alcanza ronda entre los tres y cuatro centímetros.
Además, como dato curiosos, habría que destacar su alimentación. Pues no come como tal, sino que realiza una quimiosíntesis donde sus bacterias internas utilizan el azufre externo para hacer una especie de fotosíntesis.
Esta especie tan apasionante de caracol se encuentra en la Lista Roja de Especies Amenazadas, y está catalogada como especie en peligro de extinción.