El Benidorm del norte se harta
Hasta el buen vino, a granel, acaba picándose, reflexionan desde el enclave.
El turismo de sol y playa este verano ha sufrido una transformación. empujado por el cambio climático y el ascenso de las temperaturas que provoca, muchos viajeros han preferido cambiar el Mediterráneo y sur andaluz por el norte de España. Lugares como Asturias, Cantabria o Galicia se han visto invadidos por los veraneantes como pocas veces. Sin embargo, aunque a priori esto pueda parecer algo positivo, no todo el mundo lo ve con buenos ojos, como señalan desde La Voz de Galicia.
Y es que el turismo, aparte de aportar dinamismo a la economía, también puede ser un quebradero de cabeza para la convivencia entre quienes viven todo el año en las zonas que en verano se llenan de visitantes sin ningún tipo de control. En la comarca de A Mariña, en Galicia, este verano ha sido especialmente tenso, y la masificación ha sido tal que ya se la considera como la 'Benidorm del norte'.
En un artículo publicado en el rotativo gallego y firmado por Rodrigo Timiraos, se da cuenta de cómo ha cambiado el modo en que se viven los veranos en A Mariña. Mientras que hace años se trataba de un turismo "respetuoso", "fino" y de familias "educadas", en la actualidad se ha tornado en un entorno de construcciones en altura más masivas, con miles de visitantes en busca de fiesta, y que terminan dejando menos dinero que en el pasado.
Timiraos resume la situación de la siguiente manera: "El buen vino, bebido con moderación, es muy apetitoso; el botellón, de mal vino a granel, produce resaca"
Una comarca abandonada
Al tiempo que denuncia el deterioro de A Mariña, el artículo también señala que mientras que el turismo se ha desarrollado con fuerza en la comarca, siguen existiendo carencias que llevan años sin resolverse.
Una de ellas, la principal, la ausencia de una buena carretera que vertebre todo el territorio, un reclamo que Timiraos denomina como "la carretera de los sueños" porque afirma que nunca la vera construida. La culpa, incide, se ha pasado de la Xunta de Galicia al Gobierno central de manera alterna, pero siempre con el mismo resultado: ninguno.
Ahora, a eso se suma que el antiguo turismo, más sosegado y familiar, lo suplanta uno con menos negocios de restauración familiares y visitantes que solo buscan fiesta y esparcimiento sin control. En el 'Benidorm del norte' están hartos.