Despierta del coma cinco años después de un accidente creyendo estar en 1980 cuando no tenía ni esposa ni hijo ni nieto

Despierta del coma cinco años después de un accidente creyendo estar en 1980 cuando no tenía ni esposa ni hijo ni nieto

'Ciao, Lenin!'.

Imagen de una persona en la cama de un hospital.Zero Creatives GmbH via Getty Images

¿Han visto la película Good Bye, Lenin!? En ella se relata la historia de una mujer -convencida comunista- que vive en la República Democrática de Alemania, la RDA en la órbita soviética con un muro como simbólico telón de acero en Berlín. Son los últimos compases de 1989 y tan solo un día antes de que comience el derribo del muro se queda en coma. 

Ocho meses más tarde se despierta y su hijo comienza una odisea de mentiras para engañarla creyendo que sigue viviendo en un Estado comunista y todo en lo que ha creído no se desmorone como aquel telón. Bien, pues la siguiente historia tiene un claro aroma a esta película, solo que si necesidad de mentiras. Se trata de la historia de un hombre de 60 años que fue atropellado en 2019, quedando en coma. 

Luciano ha despertado, pero el recuerdo que guarda no es el de aquel señor con amplia experiencia. Ha despertado creyendo que todo se paró un 20 de marzo de 1980, cuando era solo un joven de 24 años que ejercía como oficial de operaciones en tierra en el aeropuerto de Fiumicino (Roma). Una sorprendente historia lo recoge el diario italiano Il Messagero

Pregunta por la boda con su novia de 19 años, pero ni idea de qué es eso del 'smartphone'

Para hacerse una idea de la situación, del absoluto choque y lo que representa para su familia, Luciano desconoce quién es esa señora mayor que entra en su habitación feliz de que haya despertado, pero triste porque no la reconoce. En su lugar, él pregunta dónde está su novia de 19 años, puesto que pronto va a casarse con ella y hay que tenerlo todo listo y preparado.

Cuando entra su hijo de 30 años, tampoco puede entenderlo. Cómo ese hombre que le saca años puede ser el hijo que quiere tener con su futura esposa. El mismo golpe de confusión que cuando el espejo le devuelve el reflejo. El reflejo de un anciano que todavía se imagina con el uniforme en el aeropuerto.

Evidentemente, la realidad se acaba imponiendo a la brecha en la memoria. Cuando despertó, con unos 39 años de vida hurtados por el coma, no sabía qué era un teléfono inteligente. Lo mismo al ver un navegador GPS. "Todavía recuerdo el asombro de viajar en un coche que me mostraba en una pantalla el mapa de Roma, o más bien el Tuttocittà como lo llamábamos antes, mientras una voz decía: 'A 100 metros gira a la derecha'", confiesa al diario italiano.

Aunque con el tiempo Luciano ha podido recuperado algunos fragmentos deshilados del pasado, fundamentalmente momentos impactantes como el nacimiento de su nieto, es consciente de que faltan muchos capítulos en sus recuerdos.