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Científicos descubren una extraña sustancia en la Antártida que podría ser clave para entender el efecto invernadero

Científicos descubren una extraña sustancia en la Antártida que podría ser clave para entender el efecto invernadero

Era el único continente en el que no se había encontrado. Hasta ahora. Y eso prueba  algunas cosas sobre el vasto desierto helado.

Ilustración digital (IA) de un hallazgo de ámbar en la Antártida.Dall-E

Un sorprendente hallazgo en la Antártida, realizado hace ahora 8 años, supuso echar por tierra uno de los datos geológicos que conocíamos sobre el vasto continente helado. Así lo recoge el portal polaco One en una información que alude al misterio desentrañado tras la publicación de un artículo en Antarctic Science, en el que informan del descubrimiento de los trozos de ámbar más cercanos al Polo Sur.

La aparición de este ámbar, que nunca se había localizado en este continente, arroja la posibilidad de contar con mayor información y la prueba de que hace unos 90 millones de años había árboles en la Antártida. La resina fue descubierta en 2017, en el marco de una misión del rompehielos Polarstern. El núcleo fue recogido en Pine Island Bay de sedimentos del fondo ubicados a una profundidad de 946 metros.

Las coordenadas geográficas exactas del lugar de origen también fueron detalladas: 73 grados 57 minutos de latitud sur y 107 grados nueve minutos de longitud oeste (73,57 ° S, 107,09°O).

"Nos dan una idea directa de las condiciones naturales que prevalecían hace 90 millones de años"

"Los fragmentos analizados nos dan una idea directa de las condiciones naturales que prevalecían en la Antártida occidental hace 90 millones de años. También es una fascinante y detallada adición al conocimiento sobre el funcionamiento del bosque, del que informamos en [la revista científica] Nature en 2020", expone el geólogo marino Johann P. Klages, del Alfred-Wegener-Institut (AWI).

"Encontrar ámbar es otra pieza del rompecabezas que nos ayudará a comprender mejor el bosque templado de coníferas pantanoso que existía en el Polo Sur a principios del Cretácico", opina por su parte Henny Gerschel, de la universidad técnica alemana Bergakademie Freiberg.